PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

martes, 30 de junio de 2015

Ordenación diaconal de Juan Antonio

El sábado 27, una abarrotada catedral de Burgos fue el escenario de la ordenación diaconal de Juan Antonio Cabrera por el arzobispo Francisco Gil Hellín.
Fueron testigo de esta gran celebración sus hermanos de comunidad, familiares y numerosos amigos de Pozoblanco.

sábado, 27 de junio de 2015

Bienvenido a Pozoblanco

José María González, natural de Dos Torres y actualmente párroco en Hinojosa del Duque, nuevo párroco de Santa Catalina.

Domingo XIII. Contigo hablo, levántate

  
 La Escritura y la fe nos enseñan, y estoy cada vez más convencido de ello, que la causa primera del mal, la enfermedad, de la misma muerte es el pecado en sus diferentes formas. Cuando uno se ha encontrado con Cristo, entonces uno “sabe”, y sabe por experiencia, que Cristo nos ha arrancado a todos de una muerte mil veces peor que la de la hija de Jairo. Y esa vida en la que el Señor nos ha introducido es tan buena, en la comunión y en la fe de la Iglesia, que “hemos pasado de la muerte a la vida” (1 Jn 3, 14). Esa vida es tan novedosa que no sólo cumple desbordantemente toda exigencia del corazón, sino que cuando uno tiene esa vida, se da cuenta de que la única muerte sería perderla.
   Los milagros del Señor no eran un instrumento que buscaban “rentabilidad” apostólica, es decir para hacer proselitismo sino un derroche de gracia, signos de quién era Él y para qué había venido. Por eso los evangelios no se preocupan por lo general de seguir las biografías de aquellos a los que Jesucristo curó. El evangelio de hoy no nos habla solo de milagros, nos señala el camino: Cristo, que lleva a la salud y la vida y la integración en el amor con los demás. La     La verdadera vida es la que da él, la que en fe, esperanza y caridad, en comunión con Él y con los demás, puede dar autenticidad a mi existencia terrena y convertir mi muerte en el comienzo del definitivo y pleno vivir. No existe sólo la muerte del cuerpo, existe también la muerte del corazón y del alma. La muerte del alma es cuando se vive en pecado; la muerte del corazón es cuando se vive en angustia o en una tristeza crónica. Por eso estas palabras de Cristo es para ti: Contigo hablo, levántate.

domingo, 21 de junio de 2015

Domingo XII

   Siempre se vio a la Iglesia en esta barca. Sí; a veces ‘parece' que Jesús duerme. Pero, aún cuando parezca dormido, la barca de Pedro es la única que lleva en ella al Señor. Marcos, en el evangelio de hoy, habla de que, con la de Pedro, salieron muchas otras barcas. Nunca se habla más de ellas. Se habla que la que llegó a la otra orilla es la de Pedro.

   El reproche más frecuente (o tal vez el único) que hace Jesús a sus discípulos es el de la “poca fe”. Este pasaje evangélico del reproche a Pedro es muy iluminador, porque pone de manifiesto que la fe no consiste principalmente en “creer” en la existencia de un cierto número de cosas, como Dios, el Cielo, la Virgen, y los santos, y otras similares, a la manera de quienes “creen” que hay brujas, o extraterrestres…  La fe es algo grande y bueno que sucede en la vida, y que sucede en relación con una persona, en un encuentro con Jesucristo y la presencia de Jesucristo, que vive en  la Iglesia. Donde la vida y la percepción de la vida cambia, y cambia para bien, de un modo que no sucedería nunca sobre la base de una mentira, o de una fantasía.


  Jesús nunca reprocha a sus discípulos su temperamento, sus límites, sus deficiencias de carácter, su inmadurez. Sólo la falta o la pequeñez de la fe. Al contrario de como nosotros concebimos la vida moral, a Jesús sólo parece importarle la fe, y la necesidad de esa fe para la vida moral. Nunca les habría dicho a sus discípulos algo así como: “Voy a hacer primero de vosotros unos hombres, y luego ya vendrá la formación cristiana. En otro pasaje evangélico  los discípulos le preguntaron al Señor: “¿Qué hemos de hacer para hacer las obras de Dios? Jesús les respondió: La obra que Dios quiere  es que creáis en quien Él ha enviado”.

viernes, 19 de junio de 2015

Desde Marburg

   Me llamo Blas Sánchez Villarejo, soy de la Parroquia, tengo 21 años y soy el octavo de nueve hermanos. Estudio Traducción e Interpretación de inglés y alemán por la Universidad de Córdoba.

  Este año, el Señor me ha concedido un regalo enorme: poder estudiar en el extranjero durante un curso completo como estudiante Erasmus. El destino: Alemania, concretamente, en una ciudad de poco más de ochenta mil habitantes que se llama Marburg y está un poco más al norte de Frankfurt.

   La ciudad es PRECIOSA. Todo es verde y naturaleza y como la mayoría de las ciudades alemanas, tiene un castillo antiguo y un río, con su correspondiente rivera para pasear.
En la universidad, estudio asignaturas tanto en alemán como en inglés y va todo muy bien. Vivo en residencia de estudiantes, donde he conocido mucha gente nueva de distintos países y con la que puedo practicar el idioma.

   Antes de irme de Erasmus, al hablar el tema con mis padres, me preocupaba, porque tal y como están las cosas, me daba apuro saber que sería muy caro y las becas son cada vez menores. Sin embargo, no es eso lo que les importaba a mis padres, pues ellos me decían: “no te preocupes por el dinero, porque eso ya se arreglará. Preocúpate por no perder la fe allí, que es más importante”. Y también el Señor me está ayudando con eso. Los primeros meses iba a una iglesia que se llama Sankt Peter und Paul (Santos Pedro y Pablo). Pero a mitad de curso, comencé a asistir cada sábado a la eucaristía en una ciudad en la que hay Camino Neocatecumenal, ya que en Pozoblanco pertenezco a la cuarta comunidad.

   Y eso es todo. Sólo tengo que decir que estoy muy contento con esta nueva experiencia en la carrera y que tengo que dar muchas gracias a Dios.

lunes, 15 de junio de 2015

Ayer los niños... hoy la Soledad... con nuestro Obispo en Córdoba



   Nuestra  Hermandad de la Soledad estuvo presente, hoy, en el encuentro de las Cofradías del Valle de los Pedroches con el  Obispo de la diócesis. El encuentro comenzó con una visita a las dependencias del obispado, a continuación, tuvo lugar la Santa Misa en la Mezquita-Catedral presidida por nuestro Obispo y para finalizar el encuentro, en el salón de actos del obispado, tomaron la palabra los arciprestes, el obispo, representantes de la agrupación de cofradías de los distintos pueblos y cada hermandad tuvo la posibilidad de presentarse al resto de asistentes. 

Una jornada muy interesante.  Esperemos que en el futuro más hermanos de las distintas Cofradías puedan apuntarse a estos encuentros porque siempre resultan muy enriquecedores.  


domingo, 14 de junio de 2015

"El Reino de Dios se parece a un hombre que hecha simiente en la tierra..."



   Según el Evangelio de hoy, hay cosas pequeñas que pueden volverse muy grandes, y dar mucho fruto y esas cosas pequeñas que no le damos importancia resultan demasiado importantes. Dios quiere que prestemos atención a las cosas pequeñas. La liturgia por ejemplo está hecha de cosas muy pequeñas: recibimos al  más grande del universo, a Jesucristo, y ¿cómo lo recibimos? Como si fuera un trozo de pan. O como un sacerdote, un pecador, tantas veces indigno, con algunas  palabras puede perdonar totalmente nuestros pecados. Nuestra fe y nuestra relación con Dios está hecha de cosas muy pequeñas. Pero el mundo no tiene ojos para las cosa pequeñas. Ve a un embrión en el vientre de una mujer y dice: eso no es nada se puede eliminar; y Dios dice eso es precioso, es una vida inmortal.

   A los cristianos de hoy nos toca crecer en medio del descreimiento, de la inmoralidad, teniendo que enfrentar la indiferencia, la hostilidad o la seducción de los cantos de sirenas del mundo, venciendo la tentación del mimetismo, del hacer lo que hacen los demás, lo que piensa y dice la mayoría, de someternos a los dictados de la moda, o a las costumbres impuestas a las mayorías…
 No es tiempo para cristianismos burgueses, cómodos, católicos de fin de semana, cristianos de sillón frente a la televisión... 

   Estamos en tiempo de mártires -aunque de momento, nosotros, no tendremos ese honor, solo tienen el empeño de corrompernos-, es hora de echar raices profundas en la fe, en el conocimiento de la Escritura, de oración, de perseverancia y de ascesis... 

    Pero tengamos la certeza de la eficacia de la palabra de Cristo, de la fuerza de su Reino, del poder de esa semilla pequeña, que sea que duerma o se levante el hombre, de noche o de día, germina y va creciendo, sin que se sepa cómo.  Hasta el día de la hoz y de la cosecha.