PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

martes, 31 de mayo de 2016

Corpus Christi Pozoblanco 2016. Es la procesión de las procesiones, al recorrer las calles el Santísimo. Pocas cosas hay más importantes para un católico.



«Quédate con nosotros, Señor, porque atardece y el día va de caída» (Lc 24,29). Ésta fue la invitación apremiante que, la tarde misma del día de la resurrección, los dos discípulos que se dirigían hacia Emaús hicieron al Caminante que a lo largo del trayecto se había unido a ellos. Abrumados por tristes pensamientos, no se imaginaban que aquel desconocido fuera precisamente su Maestro, ya resucitado. «Quédate con nosotros», suplicaron, y Él aceptó. Poco después el rostro de Jesús desaparecería, pero el Maestro se había quedado veladamente en el «pan partido», ante el cual se habían abierto sus ojos.


En el camino de nuestras dudas e inquietudes, y a veces de nuestras amargas desilusiones, el divino Caminante sigue haciéndose nuestro compañero para introducirnos, con la interpretación de las Escrituras, en la comprensión de los misterios de Dios.




miércoles, 25 de mayo de 2016

29 de mayo: Solemnidad del Corpus Christi, día de la cariad



Te adoro con devoción, Divinidad oculta, 
verdaderamente escondida bajo estas apariencias. 
A ti se somete mi corazón por completo, 
y se rinde totalmente al contemplarte. 

La vista, el tacto, el gusto, se equivocan sobre ti, 
pero basta con el oído para creer con firmeza. 
Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: 
nada es más cierto que esta palabra de Verdad. 



Domingo 29 de mayo: Solemnidad del Corpus Christi

19,00 horas: Celebración Interparroquial de la Eucaristía. A continuación, Solemne procesión con el Santísimo y con la música de la Banda Sinfónica Municipal de Música de Pozoblanco.

El itinerario de la procesión será: Puerta del Santísimo de Santa Catalina (portón trasero de la parroquia), Plaza de la Iglesia, San Cayetano, Jesús, Plaza de la Constitución, Ayuntamiento, Cronista Sepúlveda, Feria, San Sebastián, Virgen de la Soledad, Fernández Franco, Cristo, Cronista Sepúlveda, Guillermo Vizcaíno, Real, Jesús, Plaza de la Iglesia, Puerta del Santísimo de Santa Catalina.


lunes, 23 de mayo de 2016

Las 10 peticiones de las familias numerosas a los políticos españoles... para que la familia no salga de la agenda política.

Es cosa comúnmente sabida que las políticas de ayuda a la familia en España son ridículamente escasas e inconsistentes, y que es así desde hace muchas décadas, gobierne quien gobierne, y pese al activismo de las asociaciones profamilia, que sólo muy de vez en cuando consigue arrancar alguna pequeña concesión o ayuda.

La Federación Española de Familias Numerosas (FEFN), como otras entidades pro-familia, aprovecha que vuelve a haber un periodo electoral en España para presentar a los partidos las propuestas que, año tras año, han sido ignoradas por unos y otros. 

***

Establecer una prestación universal por hijo a cargo, de al menos 100 euros al mes, como ya existe en otros países europeos, y mayor apoyo económico para gastos escolares, son las dos medidas más necesarias para las familias numerosas, según la iniciativa «Pídele al Gobierno», desarrollada por la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN) para dar voz a estas familias y que pudieran reflejar así sus necesidades y sus demandas.

Además de la ayuda directa de 100 euros al mes hasta que el hijo cumpla los 18 años, a través de este canal las familias pidieron medidas para reducir los gastos escolares, tanto con desgravaciones fiscales como mediante «descuentos en el precio del comedor escolar, aula matinal, actividades extraescolares y la compra de material escolar», para que la enseñanza obligatoria sea realmente gratuita.

Sólo en libros de texto y material escolar, cada curso los padres tienen que desembolsar una media de 250 euros por niño, lo que en las familias numerosas hay que multiplicar por 3, 4, 5... hijos.
Otra petición de las familias se refiere al IBI, impuesto en el que las familias numerosas cuentan con una bonificación que puede ser de hasta el 90 %, pero que ha sido recortada en muchos ayuntamientos. Las familias piden que no se recorte esta prestación y que se mantenga en un mínimo de un 50 % de manera obligatoria en todas las ciudades, de manera que no quede al arbitrio de la formación política que gobierne.

Las familias piden también apoyo en materia de vivienda, con una desgravación fiscal por hipoteca o alquiler, así como que se adopte el criterio general de «renta per cápita» en todas las prestaciones limitadas por los ingresos de la unidad familiar.
El resto del Decálogo de demandas familiares se refiere a ayudas específicas para la compra de vehículos, también de segunda mano, y facilitar la contratación laboral de padres o madres de familias numerosas; bonificaciones o descuentos en los suministros básicos del hogar (agua, luz, gas) y ampliar el período de cotización por reducción de jornada hasta que el hijo cumpla 12 años de edad.
La Federación Española de Familias Numerosas quiere recordar a los partidos que estas cuestiones siguen pendientes y reclamar un compromiso claro con la familia, una institución que atraviesa momentos difíciles, según ha puesto de manifiesto el Informe de Evolución sobre la Familia en España, elaborado por el Instituto de Política Familiar.
En este sentido, la FEFN señala la bajísima natalidad que tiene España, donde, para que se produzca el relevo natural de la población, hacen falta 260.000 niños; de lo contrario, cada vez será más difícil luchar contra el envejecimiento de población que tiene graves consecuencias en relación con el mantenimiento del estado de bienestar.

La FEFN muestra su preocupación por la situación «crítica» de la familia, que se señala en el informe, y considera necesario que el futuro gobierno se tome muy en serio la importancia de invertir en la familia y afronte los problemas con medidas concretas, dando respuesta a las necesidades que les están transmitiendo las propias familias. En España hay 562.000 familias numerosas con título oficial de familia numerosa y 7 de cada 10 tienen 3 hijos.
Decálogo de peticiones
1.Prestación universal por hijo a cargo.
2.Descuentos en los servicios escolares: comedor, extraescolares, libros de texto...
3.Mayores deducciones fiscales por gastos educativos: material escolar, idiomas, uniformes, transporte escolar...
4.Mantenimiento de las bonificaciones en el IBI.
5.Desgravación fiscal en vivienda.
6.Criterio de renta per cápita en todas las prestaciones limitadas por ingresos.
7.Ayudas específicas para la compra de vehículos.
8.Facilitar la contratación de padres o madres de familia numerosa.
9.Bonificaciones o descuentos en los suministros básicos del hogar (agua, luz, gas)
10.Ampliar reducción jornada por cuidado de hijos hasta que cumpla 12 años.

domingo, 15 de mayo de 2016

Ven, Espíritu Divino manda tu luz desde el cielo.

Celebramos hoy la gran solemnidad de Pentecostés. Aunque, en cierto sentido, todas las solemnidades litúrgicas de la Iglesia son grandes, esta de Pentecostés lo es de una manera singular, porque marca, llegado al quincuagésimo día, el cumplimiento del acontecimiento de la Pascua, de la muerte y resurrección del Señor Jesús, a través del don del Espíritu del Resucitado. Para Pentecostés nos ha preparado en los días pasados la Iglesia con su oración, con la invocación repetida e intensa a Dios para obtener una renovada efusión del Espíritu Santo sobre nosotros. La Iglesia ha revivido así lo que aconteció en sus orígenes, cuando los Apóstoles, reunidos en el Cenáculo de Jerusalén, «perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos» (Hch 1, 14). Estaban reunidos en humilde y confiada espera de que se cumpliese la promesa del Padre que Jesús les había comunicado: «Seréis bautizados con Espíritu Santo, dentro de no muchos días... Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros» (Hch 1, 5.8).
En la liturgia de Pentecostés, a la narración de los Hechos de los Apóstoles sobre el nacimiento de la Iglesia (cf. Hch 2, 1-11) corresponde el salmo 103 que hemos escuchado: una alabanza de toda la creación, que exalta al Espíritu Creador que lo hizo todo con sabiduría: «¡Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría! La tierra está llena de tus criaturas... ¡Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras!» (Sal 103, 24.31). Lo que quiere decirnos la Iglesia es esto: el Espíritu creador de todas las cosas y el Espíritu Santo que Cristo hizo descender desde el Padre sobre la comunidad de los discípulos son uno y el mismo: creación y redención se pertenecen mutuamente y constituyen, en el fondo, un único misterio de amor y de salvación. El Espíritu Santo es ante todo Espíritu Creador y por tanto Pentecostés es también fiesta de la creación. Para nosotros, los cristianos, el mundo es fruto de un acto de amor de Dios, que hizo todas las cosas y del que él se alegra porque es «algo bueno», «algo muy bueno», como nos recuerda el relato de la Creación (cf. Gn 1, 1-31). Por eso Dios no es el totalmente Otro, innombrable y oscuro. Dios se revela, tiene un rostro. Dios es razón, Dios es voluntad, Dios es amor, Dios es belleza. Así pues, la fe en el Espíritu Creador y la fe en el Espíritu que Cristo resucitado dio a los Apóstoles y nos da a cada uno de nosotros están inseparablemente unidas.
La segunda lectura y el Evangelio de hoy nos muestran esta conexión. El Espíritu Santo es Aquel que nos hace reconocer en Cristo al Señor, y nos hace pronunciar la profesión de fe de la Iglesia: «Jesús es el Señor» (cf. 1 Co 12, 3b). Señor es el título atribuido a Dios en el Antiguo Testamento, título que en la lectura de la Biblia tomaba el lugar de su nombre impronunciable. El Credo de la Iglesia no es sino el desarrollo de lo que se dice con esta sencilla afirmación: «Jesús es Señor». De esta profesión de fe san Pablo nos dice que se trata precisamente de la palabra y de la obra del Espíritu. Si queremos estar en el Espíritu Santo, debemos adherirnos a este Credo. Haciéndolo nuestro, aceptándolo como nuestra palabra, accedemos a la obra del Espíritu Santo. La expresión «Jesús es Señor» se puede leer en los dos sentidos. Significa: Jesús es Dios y, al mismo tiempo, Dios es Jesús. El Espíritu Santo ilumina esta reciprocidad: Jesús tiene dignidad divina, y Dios tiene el rostro humano de Jesús. Dios se muestra en Jesús, y con ello nos da la verdad sobre nosotros mismos. Dejarse iluminar en lo más profundo por esta palabra es el acontecimiento de Pentecostés. Al rezar el Credo entramos en el misterio del primer Pentecostés: del desconcierto de Babel, de aquellas voces que resuenan una contra otra, y produce una transformación radical: la multiplicidad se hace unidad multiforme, por el poder unificador de la Verdad crece la comprensión. En el Credo, que nos une desde todos los lugares de la Tierra, se forma la nueva comunidad de la Iglesia de Dios, que, mediante el Espíritu Santo, hace que nos comprendamos aun en la diversidad de las lenguas, a través de la fe, la esperanza y el amor.
El pasaje evangélico nos ofrece, después, una imagen maravillosa para aclarar la conexión entre Jesús, el Espíritu Santo y el Padre: el Espíritu Santo se presenta como el soplo de Jesucristo resucitado (cf. Jn 20, 22). El evangelista san Juan retoma aquí una imagen del relato de la creación, donde se dice que Dios sopló en la nariz del hombre un aliento de vida (cf. Gn 2, 7). El soplo de Dios es vida. Ahora, el Señor sopla en nuestra alma un nuevo aliento de vida, el Espíritu Santo, su más íntima esencia, y de este modo nos acoge en la familia de Dios. Con el Bautismo y la Confirmación se nos hace este don de modo específico, y con los sacramentos de la Eucaristía y de la Penitencia se repite continuamente: el Señor sopla en nuestra alma un aliento de vida. Todos los sacramentos, cada uno a su manera, comunican al hombre la vida divina, gracias al Espíritu Santo que actúa en ellos.
En la liturgia de hoy vemos también una conexión ulterior. El Espíritu Santo es Creador, es al mismo tiempo Espíritu de Jesucristo, pero de modo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo y único Dios. Y a la luz de la primera lectura podemos añadir: el Espíritu Santo anima a la Iglesia. Esta no procede de la voluntad humana, de la reflexión, de la habilidad del hombre o de su capacidad organizativa, pues, si fuese así, ya se habría extinguido desde hace mucho tiempo, como sucede con todo lo humano. La Iglesia, en cambio, es el Cuerpo de Cristo, animado por el Espíritu Santo. Las imágenes del viento y del fuego, usadas por san Lucas para representar la venida del Espíritu Santo (cf. Hch 2, 2-3), recuerdan el Sinaí, donde Dios se había revelado al pueblo de Israel y le había concedido su alianza; «la montaña del Sinaí humeaba —se lee en el libro del Éxodo—, porque el Señor había descendido sobre ella en medio del fuego» (19, 18). De hecho, Israel festejó el quincuagésimo día después de la Pascua, después de la conmemoración de la huída de Egipto, como la fiesta del Sinaí, la fiesta del Pacto. Cuando san Lucas habla de lenguas de fuego para representar al Espíritu Santo, se recuerda ese antiguo Pacto, establecido sobre la base de la Ley recibida por Israel en el Sinaí. Así el acontecimiento de Pentecostés se representa como un nuevo Sinaí, como el don de un nuevo Pacto en el que la alianza con Israel se extiende a todos los pueblos de la Tierra, en el que caen todas las barreras de la antigua Ley y aparece su corazón más santo e inmutable, es decir, el amor, que precisamente el Espíritu Santo comunica y difunde, el amor que lo abraza todo. Al mismo tiempo la Ley se dilata, se abre, aun volviéndose más sencilla: es el nuevo Pacto, que el Espíritu «escribe» en el corazón de cuantos creen en Cristo. San Lucas representa la extensión del Pacto a todos los pueblos de la tierra a través de una lista de poblaciones considerable para aquella época (cf. Hch 2, 9-11). Con esto se nos dice algo muy importante: que la Iglesia es católica desde el primer momento, que su universalidad no es fruto de la inclusión sucesiva de comunidades diversas. De hecho, desde el primer instante, el Espíritu Santo la creó como Iglesia de todos los pueblos; abraza al mundo entero, supera todas las fronteras de raza, clase, nación; abate todas las barreras y une a los hombres en la profesión del Dios uno y trino. Desde el principio la Iglesia es una, católica y apostólica: esta es su verdadera naturaleza y como tal debe ser reconocida. Es santa no gracias a la capacidad de sus miembros, sino porque Dios mismo, con su Espíritu, la crea, la purifica y la santifica siempre.
Por último, el Evangelio de hoy nos entrega esta bellísima expresión: «Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor» (Jn 20, 20). Estas palabras son profundamente humanas. El Amigo perdido está presente de nuevo, y quien antes estaba turbado se alegra. Pero dicen mucho más. Porque el Amigo perdido no viene de un lugar cualquiera, sino de la noche de la muerte; ¡y él la ha atravesado! Él no es uno cualquiera, sino que es el Amigo y al mismo tiempo Aquel que es la Verdad que da vida a los hombres; y lo que da no es una alegría cualquiera, sino la alegría misma, don del Espíritu Santo. Sí, es hermoso vivir porque soy amado, y es la Verdad la que me ama. Se alegraron los discípulos al ver al Señor. Hoy, en Pentecostés, esta expresión está destinada también a nosotros, porque en la fe podemos verlo; en la fe viene a nosotros, y también a nosotros nos enseña las manos y el costado, y nosotros nos alegramos. Por ello queremos rezar: ¡Señor, muéstrate! Haznos el don de tu presencia y tendremos el don más bello: tu alegría. Amén. (HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI. Domingo 12 de junio de 2011)

viernes, 13 de mayo de 2016

La imagen de la Virgen de Luna ya está en la Parroquia


Mañana viernes 13 de mayo en la Parroquia

12 hs. Santo Rorario
19 hs. Ofrenda floral
21 hs. Solemne Eucaristía en honor a la Virgen