PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

lunes, 12 de septiembre de 2016

SECRETOS DE UN AMOR PROFUNDO, TIERNO Y DURADERO

Hoy hemos dado gracias a Dios por el 40 aniversario matrimonial de Alfonso y Teresa. Al igual que muchos matrimonios que conocemos han logrado la felicidad en el matrimonio. 

Una relación satisfactoria y duradera no sucede al azar, sino que la vida matrimonial está llena de momentos para construirla con mayor solidez, a través de una variedad de detalles y manifestaciones de amor. 

Algunos secretos de un amor duradera:

1. Busca siempre el segundo lugar
 “Poner al otro por encima de uno mismo”. Muchos de los matrimonios que se rompen lo hacen por no vivir esta sencilla máxima. El egoísmo no funciona en un matrimonio. A menudo las parejas son más egoístas entre sí que con sus amigos. 

Si uno de los dos pone en práctica este principio con constancia, es altamente probable que el otro responda de manera recíproca y espontánea con el mismo amor, cariño, entrega y consideración.

2. Sé generoso en tus halagos
 Al menos una vez al día, busca algo positivo que decir a tu esposo/a. Siempre puedes encontrar en la otra persona algo que sea noble, correcto, puro, amable, admirable, excelente o digno de ser alabado. Piensa en estas cosas, pon atención a lo largo del día. Para asegurar un amor para toda la vida, debes ser el “fan número uno” de tu esposo/a.

Te recomiendo recomienda todos los piropos, sonrisas y manifestaciones de ternura posibles.

3. En tiempos de crisis, sed uno solo
Nada une más a unos esposos que permanecer unidos en tiempos de crisis.

4. Pasar mucho tiempo juntos
Es un mito que las parejas felices tienen vidas, intereses y actividades independientes.


5. Cree siempre lo mejor, y no lo peor, de tu esposo/a
Seguramente habrán oído en alguna celebración religiosa del matrimonio, la famosa lectura que termina con la frase: “El amor todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.


6. Expresa tu amor frecuentemente y con creatividad

7. Haz de vuestro matrimonio tu prioridad 

8. Nunca menciones errores del pasado

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