PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

miércoles, 30 de noviembre de 2016

En pleno centro de Edimburgo tiene lugar la bendición de un pesebre, por el obispo. Una bella escena, y es para pensar si en nuestras ciudades y pueblos (donde los católicos somos muchos más) no podría suceder algo parecido, con plena normalidad y alegría.




Desde Uagadugú - Burkina Faso

Distribuyendo material escolar gracias a una ayuda económica recibida
Esto de ser una familia numerosa y tenerla repartida por el mundo es una alegría. El testimonio de los hermanos en la fe nos animan y nos llenan de celo por vivir mejor nuestra vocación y de anunciar el amor de Dios por cada persona. Esta vez nos escribe César desde Burkina Faso.

Uagadugú (Burkina Faso). Noviembre 2016

Queridos amigos

Los años van pasando. Este viejo misionero César, desde muy lejos, comparte de nuevo este año su experiencia de mensajero de la misericordia de Dios en tierra africana. Este año trabajo en Uagadugú, capital de Burkina. Una nueva etapa en estos 35 años de vida misionera en África. Un nuevo comienzo: nueva cultura, un ambiente nuevo, nuevos rostros, un clima muy cálido, una lengua desconocida, un nuevo tipo de trabajo. Así es la vida misionera, un proyecto de libertad, un continuo caminar sin atarse a personas, ni lugar; es un comenzar cada día. Así es el Evangelio de Jesús, así debe ser la persona de quien lo anuncia.

Los salesianos llevamos casi 7 años aquí, un barrio pobre de la capital; los niños no faltan, es lo importante, pero tampoco faltan las incomodidades, mucho polvo, mucho calor… y también mosquitos que a veces ponen en peligro nuestra salud.
Somos tres en comunidad; nos ocupamos de un centro social que ofrece a los jóvenes una oportunidad en la vida: leer, escribir, aprender un oficio y ayudar a librarse de mucho lastre que impide el desarrollo; todo esto sin distinción de religión, sexo o clase social, aunque tienen prioridad los más desfavorecidos.

Llevamos un taller de costura, otro de tejido tradicional, tintura y birdado africano, un taller de peluquería y una sala de informática abierta a los jóvenes del barrio, en total unas 150 personas. La promoción de la mujer es algo urgente aquí. Acogemos a cada persona con el nivel cultural y se le ofrece una formación lo más completa posible: alfabetización, higiene, orden personal…; también tienen la posibilidad de obtener un título oficial, se les hace seguimiento en los primeros meses de vida laboral, y se les ayuda a encontrar un trabajo o a perfeccionar su oficio.

En los fines de semana reunimos a los niños del barrio para actividades diversas (Oratorio), se organiza clases de tarde y formación para animadores. También ayudamos en la parroquia (sacramentos, visitas a enfermos, charlas de formación, etc…).

Proyectos no nos faltan: Hacer otros talleres (construcción metálica y aluminio, placas solares); abrir una escuela, construir una casa de acogida de niños de la calle, hacer una biblioteca y salas para estudio y para alfabetización, hacer campos de deporte y finalmente hacer una iglesia con salas de catequesis.

Esta es mi vida misionera; aunque con más de 70 años encima, el Señor me da aun nuevas energías para seguir anunciado su presencia como Padre que nos ama tal como somos y que se ha hecho visible en su hijo Jesús; nosotros colaboramos en su proyecto de una humanidad nueva: construir fraternidad, reconciliar a las personas, ofrecer oportunidades, dar esperanza, hacer que el mayor número de personas accedan a una vida digna, frenar a las causas del hambre y de la desgracia (ignorancia, individualismo, falta de esperanza, desánimo….). Esta es la labor ofrecida a todos pero en particular a la clase más vulnerable de esta sociedad, los niños, lo jóvenes y las mujeres.

Necesitamos tu ayuda. Navidad es tiempo para salir de nosotros y para compartir. De esta forma descubrirás que hay una manera de ser feliz: hacer felices a los demás. Que el Dios de la Vida y la misericordia nos haga descubrir esta realidad.

César, tu amigo misionero


NB: Si deseas enviarnos un donativo por el banco, esta es la cuenta del Banco Popular (sucursal de Pozoblanco) donde van los donativos a nuestras obras: 0075 3062 18 0700418290 

martes, 29 de noviembre de 2016

Peregrinación a Tierra Santa.

Os presento a mis hermanos de comunidad (en Tabga)
Que alegría cundo me dijeron:
Vamos a la casa del Señor
Ya están pisando nuestros piés
Tus umbrales, Jerusalén. (Sal 122)

Después de haber recorrido mentalmente durante varios años donde tuvieron lugar los hechos de la historia de la salvación; tras un itinerario de iniciación cristiana,  nos hemos acercardo in situ a ver, tocar y venerar estos lugares, para afianzar la fe y hacerla más sencilla, más humilde y más auténtica. Cada lugar es un trozo de historia, una Palabra de Dios, una experiencia de la cercanía de Dios.

Comparto con vosotros algunas imágenes e impresiones de esta fantástica experiencia.

Peregrinar a Tierra Santa es una gracia, es encontrarse con el Señor y robustecer la fe. No en vano Tierra Santa es denominada “el quinto evangelio”.
Los textos evangélicos se saborean de forma especial y la presencia del Señor se palpa en cada rincón. No tiene precio acercarse a la gruta de la anunciación en Nazaret para descubrir que justo “aquí”, el hijo de Dios se hizo hombre. Tiberiades, el lago conocido también como el mar de Galilea o Kinéret. Belén, ¡Jerusalén!, entrar en el cenáculo, rezar en Getsemaní bajo olivos milenarios, tocar el santo sepulcro. No. De ningún modo deja indiferente ir como peregrino a la tierra del Señor.
María Guadalupe, bautizada en el rio Jordán

El bautizo de dos niñas en el río Jordán, el paseo en barco por el Mar de Galilea y recordar los milagros del Señor en torno a este lago: la pesca milagrosa, caminando sobre las aguas, increpando al viento y al mar; Cafarnaúm, el Monte de las Bienaventuranzas. Celebrar   en   cada   sitio   la  palabra cumplida del Evangelio.
Daniela del Jordán, recién bautizada en el Jórdán

Es verdad, Dios está igualmente presente en cada rincón de la tierra, de tal modo que todo el mundo puede ser considerado como «templo» de su presencia. Pero hay lugares marcados por particulares intervenciones salvíficas de Dios. Un lugar en donde puede experimentarse el encuentro con Dios más intensamente de lo que sucede habitualmente en otros lugares.



Cesarea Marítima. Fue una ciudad portuaria construida por Herodes el Grande entre los años 25 y 13 a.C. Sus ruinas se encuentran en la costa mediterránea de Israel, a medio camino entre las ciudades de Tel Aviv y Haifa.
 En esta ciudad fue donde el apóstol Pedro bautizó al centurión Cornelio y a todos los miembros de su casa. Esta fue la primera vez que el bautismo le fue administrado a los gentiles (no judíos). Cuando Pablo, que se había convertido al cristianismo, estuvo perseguido por las autoridades en Jerusalén, los cristianos lo acompañaron a Cesarea y, desde ahí, le facilitaron un viaje a su ciudad natal, Tarso.
Ruinas de la ciudad
Restos del hipódromo de la ciudad
Monte Carmelo. De acuerdo al relato del capítulo 18 del Primer Libro de los Reyes, es aquí donde el profeta Elías desafía a los falsos profetas de Israel.

Con Victoriano, seminarista en Quebeq (Canadá)
Cafarnaum. Antiguo poblado pesquero ubicado a orillas del mar de Galilea. Aquí se encuentra los restos de la casa de San Pedro, donde se hospedaba Jesús y donde realizó varios milagros:
En la sinagoga de Cafarnaún había un hombre poseído de un espíritu inmundo (demonio) y decía a gritos a Jesús: - ¿Qué hay entre nosotros y tú, Jesús nazareno? ¿Has venido a perdernos? ¡Sé quién eres tú, el Santo de Dios! Y Jesús le dijo: - Calla y sal de ese hombre. Y el espíritu inmundo, maltratando al hombre, salió dando grandes gritos, pero sin hacerle daño. Las gentes quedaron llenas de admiración. (Marcos 1, 21-28; Lucas 4, 31-37)

   La curación de la suegra de Pedro. Esta mujer estaba enferma con fiebre alta. Jesús la tomó de la mano, mandó a la fiebre y la fiebre la dejó al momento. Tanto que, levantándose la enferma, les servía. (Lucas 4, 38-39)

   Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos con diversas dolencias, los traían a él. Y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. De muchos salían demonios gritando y diciendo: - Tú eres del Hijo de Dios. Y él les reñía y no los dejaba hablar, porque sabían que era el Cristo (Lucas 4, 40-41)
Con Antonio, misionero en China y Paco, misionero en Bélgica
Nazaret. Hoy es la ciudad árabe más grande de Israel. Los Evangelios señalan a Nazaret como la ciudad de José y de la Virgen María, y como el lugar de la juventud de Jesús de Nazaret. Allí se encuentra la Basílica de la Anunciación, la más grande de las iglesias de Oriente Medio, que fue inaugurada en 1964, construida sobre un lugar donde había iglesias más antiguas edificadas sobre una cueva donde la tradición señala como lugar del anuncio del Arcángel San Gabriel a la Virgen María
Lucas señala, “Y vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer..." 

"Y en el sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una Ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen casada con un hombre cuyo nombre era José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María" (Lucas, 1.26.27)

Y cuando hubieron cumplido todo  de acuerdo a la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su CIUDAD nativa de Nazaret. Y el niño creció,  fuerte en espíritu, lleno de sabiduría: y la gracia de Dios estaba sobre él. (Lucas 2.39.40)


Aquí el Verbo se hizo carne
Belén. Actualmente bajo protectorado de la autoridad palestina, en la región conocida como Cisjordania, situada a unos 9 km al sur de Jerusalén y enclavada en los montes de Judea.
Lugar de nacimiento de Jesús, aquí todo el año es Navidad. Es también un importante lugar de peregrinación para los judíos, donde veneran la tumba de Raquel, por ser considerada la madre de la nación. Esposa del patriarca Jacob, que muere al dar a luz a su hijo Benjamín y es sepultada a la entrada de la ciudad. También, Belén es el  lugar de nacimiento y de coronación del gran rey David.
Entrando en la gruta de la Navidad
Monjas que cuidan la gruta de la leche
Jerusalén. Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a sus discípulos, diciendo: ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! He aquí, vuestra casa se os deja desierta. Porque os digo que desde ahora en adelante no me veréis más hasta que digáis: ``BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR. (Mt 23,37-39)



Monte de los Olivos
Ante la tumba del Rey David
Un hermano mayor en la fe
Paseo nocturno por Jersalén


Con Araceli, natural de Pozoblanco en la Gruta del Padre Nuestro
En la sinagoga del Muro de las Lamentaciones

Con Luis, natural de Peñarroya y misionero en Paquistán. Foto en el monte de la Ascensión del Señor
Por el lago de Galilea
Con Jesús Perea, vicario de la Sierra, a orillas del lago de Tiberiades 
Celebración del fin del viaje en Jerusalén
Con Joaquín Alberto, párroco de San Francisco de Córdoba


Con Rafael, de la parroquia de Tolentino - Italia
En estos lugares santos, por donde iba pasando, he presentado al Señor las intenciones que cada uno de vosotros me habéis encomendado y he pedido por quienes puedan necesitar el consuelo de la gracia y de la misericordia de Dios.

+ Aníbal Cantero 

lunes, 28 de noviembre de 2016

Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. (Mt 24, 42)

Empieza el Adviento. Comienza el tiempo dedicado a preparar la Navidad y, como todo comienzo, tiene mucho de novedad, a pesar de que lo que vamos a recordar y renovar -la venida del Hijo de Dios- es ya conocido por todos.

La actitud con la que la Iglesia nos invita a estrenar este tiempo de preparación es la de estar en vela, la de irnos poniendo en condiciones para que la llegada del Señor no nos coja ni desprevenidos ni poco preparados. Por eso, el evangelio de este domingo nos dice que deberíamos actuar como si en casa fuéramos a recibir a un invitado muy importante, el más importante, y como si corriéramos el riesgo de que, de no estar alerta, él pasara de largo sin detenerse. Claro que, para tener esta actitud, hace falta que nos interese de verdad su venida y acogerle en nuestra casa, hace falta que consideremos el encuentro con él como la mayor suerte que nos ha podido deparar la vida. ¿Qué estaría yo dispuesto a hacer por un millón de euros? No habría sacrificio físico que despreciase, ni esfuerzo que no afrontase; no me importaría lo temprano que tuviese que sonar el despertador o la paciencia que tuviese que emplear con mi jefe. ¿Y por ti, Señor? ¿Es que no vales tú más que eso? ¿Es que tu amistad no tiene un valor mayor que el dinero? 

Como todos los años en Aviento, a patir de mañana, de lunes a viernes, a las 6:30 de la mañana nos reunimos la parroquia a rezar las Laudes en el Catecumenio San Sebastián. Así nos preparamos para celebrar la Navidad.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Nos escriben desde Riga (Letonia)

Nos escriben Francisco y Raquel que hace casi un mes han partido como misioneros a Riga.

Quería haber escrito una carta para despedirme y al final no lo hice. Pero os resumo: nuestros sentimientos de los últimos días en Pozoblanco fueron de agradecimiento. Nos hemos sentido muy queridos por todos. Siempre nos habéis ayudado y perdonado nuestras carencias como responsables y como hermanos. La guinda fueron las despedidas que nos hicisteis. En esos momentos estábamos muy nerviosos con los preparativos del viaje, así es que aprovecho ahora para deciros GRACIAS.
Empiezo por el viaje…y también necesito dar las gracias a Susana, Jesús, David, Esteban y Sofía y Paco y Ester; porque sin ellos no estaríamos aquí. Y a todos los demás por las oraciones, palabras de cariño y ayuda económica que hemos recibido.
El viaje fue un poco caótico. Ya os contarán los hermanos... Me di cuenta de que cuando el Señor quiere algo, por mucho que nosotros entorpezcamos las cosas, El lo lleva a cabo. Si fuera por nosotros creo que no hubiéramos salido de Madrid.
Con Susana en casa hemos vivido nuestros primeros días en la misión y por lo tanto nuestros nervios, tensiones, enfados y alegrías. Ha tenido mucha paciencia y nos ha ayudado mucho.
Esta ciudad es muy distinta a todo lo que he visto en mi vida. Sólo por el clima ya la vida cambia mucho. Por la mañana amanece a las 8 y el cielo está gris oscuro hasta las 16,30 que ya es completamente de noche. No ha parado de caer agua. Aquí o nieva o llueve (jaja) pero algo tiene que caer. Cuando llegamos el día 2 de este mes aún no había nevado nada en Riga y no se preveía que lo hiciera hasta por lo menos un mes después, pero al día siguiente comenzó a nevar y por la mañana nos despertamos con todo blanco. ¡Precioso! Y muy trabajoso cuando hay que vestir a los niños. Fran lo llama “encebollarse”. Así es que a la nieve nos hemos tenido que adaptar rápido. La casa es un regalazo. Estamos muy contentos. Aquí pasamos todo el tiempo, excepto cuando vamos a la comunidad y Fran sale a comprar. Así es que el Señor nos ha preparado un sitio estupendo. La vida social es mucho más reducida aquí, pero me doy cuenta de que cuando tengo al Señor El va llenando el vacío que se queda cuando no tienes a tus seres queridos, es decir, a vosotros y a mi familia.

Aún no tenemos el carnet letón, por lo que los niños no podrán empezar en la “guarde” hasta dentro de tres meses aproximadamente. Excepto Isabel que como el año que viene comienza el cole, si empezara pronto para poder ir aprendiendo el idioma (muy difícil por cierto).
Este año no coincide con ningún niño de la misión, por lo que os pido que recéis por ella, ya que será durillo.
Los niños están muy contentos. Hemos encontrado una babysiter letona que habla inglés con nosotros. Es muy educada y los niños están muy bien con ella.
Las celebraciones son muy distintas. Aquí el cura va en calcetines, todos estamos mirando el móvil para enterarnos, ya que se habla en italiano, español, leton, polaco e ingles. Se oye un murmullo contínuo de toda la comunidad traduciéndonos unos a otros. Es increíble pero te acabas enterando. Gracias a Dios están aquí Paco y Marivi con los que nos entendemos estupendamente y nos están ayudando mucho. En Navidad se van, pero justo el día que se van, vienen mis suegros y mi cuñada. Así es que estaremos acompañados. Todo está empezando y hace poco el obispado les cedió una sala para celebrar.
Fran y yo hemos pasado los primeros días muy mal. Discutiendo por todo. La primera celebración fue una penitencial, así es que nos vino como anillo al dedo. Y la primera eucaristía ya nos pusieron a preparar. Todo son regalos para ponernos de cara a Dios. Ahora estamos mucho mejor. Pero seguimos siendo los mismo debiluchos de siempre y necesitamos que recéis por nosotros.
La misión, es decir, salir por las plazas, aquí se hace cada domingo y dedicas todo el día en ello, ya que las distancias son muy largas y quedan muy temprano para que nos pille de día. Aunque nuestra principal misión aquí es vivir. Vivir cristianamente, como se nos está enseñando en la Iglesia.
Bueno, escribiría mucho más, pero no quiero enrollarme. Os animamos a que abráis vuestro corazón para que el Señor pueda entrar y os ayude en vuestras dificultades y problemas. Nos acordamos mucho de todos vosotros, ¡no muchísimo! Por favor, mantenednos informados de todo.

Dios siempre actúa. ¡Os queremos!
Desde Riga un abrazo y la paz de parte de toda la familia García Morales.

Envío, en la Parroquia, de Francisco y Raquel a la misión

domingo, 13 de noviembre de 2016

Dios es Misericordia

El vicario episcopal de la Sierra acompañado por los sacerdotes de la zona
Hoy en el Santuario dedicado a la Santísima Virgen nos hemos reunimos para agradecer todo lo bueno recibido en este Año Jubilar de la Misericordia.
Textualmente dice nuestro Papa Francisco que: "Reconocerse pecador es una gracia que hay que pedirle a Dios. Nosotros, lo máximo que reconocemos es que hemos cometido errores y que somos limitados, pero reconocerse pecadores, la vergüenza de tener el corazón hecho trizas, es una gracia que hay que pedir".
El lugar elegido para esta celebración es único: La ermita de la Santísima Virgen de Luna, situada en el corazón de nuestra dehesa.
Entre esas viejas encinas nacieron y crecieron nuestros pueblos. Ellas, estas viejas encinas, han  sido su riqueza, su trabajo y su medio de vida fundamentalmente.
Cualquier otra ermita de nuestra zona podía haber sido elegida, pues todas tienen su encanto y todas reciben el cariño y la devoción de sus hijos.
¡Madre de Misericordia ... y vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos!  decimos al rezar la Salve.
Nos hemos reunimos de diversos  pueblos, nuestro origen puede ser distinto pero el punto de unión "es siempre el mismo: La Virgencita, símbolo de la unidad espiritual, anclada en la memoria de nuestro pueblo". Son palabras también de nuestro Papa Francisco, refiriéndose a la ciudad de Buenos Aires y que podríamos trasladar a nuestra tierra.
Todos  unidos bajo la mirada  de Nuestra Madre que nos muestra a su Hijo lleno de Misericordia, de entrega y dispuesto a perdonar; esperando de nosotros también  misericordia:

"... Tuve hambre y me disteis de comer;
tuve sed, y me disteis de beber;
era forastero, y me acogisteis;
estaba desnudo, y me vestisteis;
enfermo, y me vinisteis a visitar;
en la cárcel, y acudisteis a mí.  (Mt 25,35-36)

Mané



Domingo XXXIII Tiempo Ordinario: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»

La maleta preparada para el viaje
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-19)
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. 
Jesús les dijo: 
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?» 
Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.» 
Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»
Palabra del Señor

Comentario
Toda seguridad humana es engañosa: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra". En este mundo todo pasa, sólo Jesucristo es lo permanente. De ahí que el Señor anime a los suyos a perseverar en la fe. En el sufrimiento hay una certeza que debería dar consuelo y hacerlo tolerable, y es que el sufrimiento no es inútil, como decía San Francisco de Asís en medio de la aflicción de sus llagas: "es tanto el gozo que espero, que toda pena me es consuelo".

La persecución no debe sorprender al cristiano. Está más que avisada por Cristo. Más aún, está asegurada al que le es fiel a Él y a su evangelio. Por lo demás, nada más falso que concebir la vida en este mundo como un remanso de paz. La vida cristiana no es como un paseo por el campo. La vida nos ha sido dada para combatir, para luchar por Cristo y por los hermanos. El que renuncia a luchar ya está derrotado. La seguridad nos viene de la protección fiel de Cristo, que ha luchado y sufrido antes que nosotros y más que nosotros.

"Esta espera de un mundo nuevo -enseña el C. Vaticano II- no debe disminuir, sino más bien avivar, la preocupación de perfeccionar esta tierra donde crece el cuerpo de la nueva familia humana" (GS 39).

"No pongamos resistencia a su primera venida, y no temeremos la segunda" (San Agustín)

“Así tendréis ocasión de dar testimonio”. Para quien ha encontrado a Cristo, la vida es una ocasión de dar testimonio. El testimonio no es el ejemplo que hay dar, como muchas veces pensamos. Esto sería simplemente dar testimonio de nosotros mismos. Y al entender el testimonio así, confirmamos a los demás en la imagen y la idea que se hace de lo religioso: algo que nace y que termina en nosotros, puramente subjetivo, que se reduce a nuestras ideas.

En el cristianismo, dar testimonio es otra cosa: es contar lo que uno ha visto, decir lo que a uno le ha sucedido; y hace siempre referencia a un acontecimiento. Las ideas son siempre discutibles; la enfermedad que tuviste, los hijos que te han nacido, los padres que tienes no son discutibles. Los evangelios y las Cartas del Nuevo Testamento son, en realidad, eso: el testimonio de unos hombres que encontraron a Cristo. Dar testimonio es siempre contar el encuentro con Cristo, la experiencia del perdón, del amor, de la salvación de Cristo, en la propia vida, en la vida de otros, en la historia de la Iglesia. No contar lo buenos que somos, sino lo bueno que Dios es con nosotros; que Dios nos ama, que Cristo ha muerto por nosotros. Que se nos ha dado el Espíritu Santo en la comunión de la Iglesia y este don cambia la vida, y la mirada sobre la vida. Para dar ese testimonio, no es imprescindible –como nos quieren hacer creer los moralistas del mundo– ser coherente. Lo que es imprescindible es haber encontrado a Cristo y a su amor, ser cristiano.

Para un cristiano todas sus circunstancias  son  una ocasión de dar testimonio. Y la Historia –incluso catástrofes y guerras–, no son más que eso: una ocasión de dar testimonio de que el único bien sin el que no podríamos vivir, pero que sólo es don de Dios, y nadie en este mundo tiene el poder de arrebatarnos, se llama Cristo.

La crucifixión de Jesús, es, el más grande de los pecados. Pero Dios no se deja vencer por el mal: la cruz sirve para revelar el Amor más fuerte que la muerte. Así Dios da testimonio de su invencible amor por cada uno de nosotros y por todos. 

viernes, 11 de noviembre de 2016

¡Felicidades! Que sigas muchos años más al servicio de Dios y de los hermanos, en nuestra comunidad parroquial.

Normalmente aprovechamos la celebración de la Santa Misa, al final, para felicitar a los feligreses y colaboradores de la parroquia que celebran algún  aniversario o  el santo. Siempre es una ocasión para felicitarnos y rezar unos por otros.
Hoy no solo queremos felicitar a Juan Fernández Medrán, que cumple 56 años, sino también agradecerle  el servicio que presta a la Parroquia. Todos le conocen como Juanito el Sacristán. Pero él es mucho más que sacristán en esta casa.
 Es difícil encontrar una persona con la disponibilidad de  Juan; vinculado a la parroquia, al servicio de ella y de los sacerdotes desde hace 46 años. No vamos a deshacernos  en elogios y alabanzas hacia su persona, porque es conocido por todos.
¡Felicidades! Que sigas muchos años más al servicio de Dios y de los hermanos, en nuestra comunidad parroquial.
 

jueves, 10 de noviembre de 2016

“Somos una gran familia CONTIGO”

La diócesis es una demarcación de la Iglesia católica, que normalmente incluye un territorio y a todos los fieles que lo habitan. La diócesis es una gran comunidad de personas, una gran familia, en la que se hace presente la Iglesia entera, con su obispo y su presbiterio, con sus fieles laicos y sus consagrados. La diócesis de Córdoba tiene 800.000 habitantes y abarca la entera provincia civil de Córdoba.
“Iglesia diocesana” somos todo el año, pero llega este segundo domingo de noviembre y caemos más en la cuenta de lo que es y de lo que significa ser y pertenecer a una diócesis concreta, a la diócesis de Córdoba. Para pertenecer a la Iglesia católica, esta diócesis debe estar en plena comunión con el Sucesor de Pedro, con el Papa de Roma, hoy con el Papa Francisco. Comunión de fe, comunión de amor y comunión de disciplina, es decir, como discípulos de Cristo.

Esta diócesis de Córdoba incluye 232 parroquias, unos 300 curas, 70 seminaristas (50 mayores y 20 menores), unos 800 religiosos/as que atiendes múltiples instituciones, miles y miles de fieles laicos en los distintos ámbitos: parroquias, movimientos y comunidades, cofradías y hermandades, grupos de espiritualidad religiosa. La diócesis de Córdoba es una diócesis viva, llena de vitalidad cristiana en su constante tarea de catequesis y transmisión de la fe, de participación en los sacramentos (Misa dominical en todas las parroquias, frecuencia de sacramentos, piedad popular, etc.) y de caridad para con los pobres, los enfermos y los excluidos.
En la crisis que acabamos de pasar (aún no superada del todo), la diócesis de Córdoba a través de sus Cáritas parroquiales y diocesana y a través de otras muchas instituciones de Iglesia ha estado y sigue estando cerca de los pobres, llegando incluso a dar de comer a doscientas mil personas durante una larga temporada, eso sin contar las múltiples atenciones de todo tipo, en actitud de escucha, de servicio, de acompañamiento. Qué hubiera sido de nuestra sociedad, tan apretada por todos lados, sin la presencia de la Iglesia y de los católicos. La Iglesia, por tanto, no es un parásito de esta sociedad, sino uno de sus principales bienhechores.

La Iglesia existe para evangelizar y la diócesis de Córdoba tiene esa razón de ser. Anunciar a Jesucristo con obras y palabras, con el testimonio y con la vida, con el anuncio y la catequesis, con obras de caridad poniéndose al nivel de la gente más humilde. Lo mejor que ha podido suceder en nuestras vidas es haber conocido a Jesucristo, disfrutar de su perdón y de su misericordia, aprender de él la solidaridad con los que sufren y la actitud de salida en busca de los pecadores. Y queremos anunciarlo a todos, decirlo alto y claro a todos, para que todos puedan disfrutar de ese gozo que sentimos los que nos hemos encontrado con él.
Esta Iglesia, esta diócesis hemos de sostenerla entre todos, porque es nuestra. No contamos ya con ningún patrimonio oculto ni con ninguna renta periódica, sólo nos queda la aportación voluntaria de los fieles a través de donativos y legados, suscripciones periódicas o señalando la X en la declaración de la renta. La Iglesia diocesana hemos de sostenerla entre todos. Las administraciones públicas nos ayudan cada vez menos, aunque somos ciudadanos de pleno derecho, que pagamos todos los impuestos como cualquier ciudadano y tenemos derecho a ser ayudados en tantas obras buenas que la Iglesia realiza para bien de la sociedad.

Por eso, vamos progresando en la buena gestión de los recursos que tenemos, en la rendición de cuentas con total transparencia por parte de todas las instituciones de Iglesia, en la corresponsabilidad y participación de todos. “Somos una gran familia CONTIGO”, es el lema para este año. Tú eres parte importante en esta familia. Todos y cada uno somos importantes en esta familia. Tú, ¿has recibido algo de la Iglesia en algún momento de tu vida (sacramentos, catequesis, acompañamiento en momentos cruciales, etc.)? Sé agradecido, colaborando con tu aportación. Somos Iglesia diocesana, gracias por todo.
Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández González, obispo de Córdoba




martes, 8 de noviembre de 2016

Clausura del Año Jubilar de la Misericordia en el Santuario de la Virgen de Luna

Estamos casi al final del Año Jubilar de la Misericordia; este tiempo  ha querido y está queriendo ser un tiempo de gracia, de manifestación de la misericordia de Dios para con nosotros y para ser misericordiosos con los demás. “Misericordiosos como el Padre”.

Nuestra mirada, por eso, al final de este año se dirige a Dios para darle gracias, gracias sobre todo por el don de su misericordia que se manifiesta y llega a su colmo y plenitud en la persona de su Hijo Jesucristo.

Estamos todos invitados: sacerdotes, personas consagradas, fieles cristianos laicos, ancianos, adultos, jóvenes y niños, a participar en la Eucaristía con que se clausurará este Año Jubilar de la Misericordia, el día 13 de noviembre, domingo, a las 12 horas en el Santuario de la Virgen de Luna. Daremos gracias, pediremos perdón, elevaremos nuestras súplicas, escucharemos la Palabra de Dios con la que Dios mismo nos habla, y participaremos del don infinito de su misericordia, que se nos da en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo que se ofrece por nosotros. 

La Eucaristía la presidirá el Vicario Episcopal de la Sierra.

Aquí tenemos 9 frases del Papa en este año jubilar de la Misericordia para no olvidar:

1.“Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos”.

2.“Nos conmueve la actitud de Jesús: no escuchamos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino sólo palabras de amor, de misericordia, que invitan a la conversión”.

3.“¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices”. 

4.“El sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos”. 

5.“Cuánto deseo que (...) nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia".

6.“El mensaje de la Divina Misericordia constituye un programa de vida muy concreto y exigente, pues implica las obras”. 

 7.“Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios”. 

 8.“No se puede vivir sin perdonarse, o al menos no se puede vivir bien, especialmente en familia”. 

 9.“La misericordia a la cual somos llamados abraza a toda la creación, que Dios nos ha confiado para ser cuidadores y no explotadores, o peor todavía, destructores”.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Nuestro encuentro semanal en el CAMF

Una de las seis celebraciones de la Eucaristía que tengo los fines de semana,  es la del sábados a las 17:30 con los residentes del CAMF en la capilla del centro, y que está abierta a todos aquellos que quieran acompañarnos.  

Cada vez es más evidente que nuestra sociedad no es excesivamente optimista respecto al débil, al discapacitado, al anciano, al no nacido, al pobre en general. La presencia de la debilidad humana desconcierta y llega a ser piedra de escándalo para muchos. En estos momentos de tanta competitividad, se tiene la convicción, cada vez más arraigada, de que en esta carrera vertiginosa sólo subsistirán los fuertes.
Las personas que, por múltiples razones, no pueden seguir esta carrera corren el peligro de sentirse inútiles, desvalorizadas, no queridas, con la sensación de ser un peso para el resto de la sociedad. Este es el doloroso sentimiento y la experiencia diaria de muchas personas que se sienten débiles y frágiles entre nosotros.
   Muchas veces el corazón se endurece y apenas hay sitio para la compasión, la ternura, la comunión, tiempo para los que necesitan de mí. Pero nosotros sabemos que la vida de cada ser humano tiene en el proyecto amoroso de Dios un valor único, original, misterioso.
   La persona, cualquiera que sea, tiene que saber y puede experimentar que su vida es deseada particularmente por Dios, que se complace de su existencia. Hay personas que necesitan esta vivencia profunda de sentir su vida deseada, reconocida, acogida, amada.

En nombre de los residentes que participan, fielmente, en la celebración todos los sábados, agradezco a las Hermandades en sus vocalía de culto y algunas personas pertenecientes a mi parroquia, que nos acompañan semanalmente.
Los residentes que acuden habitualmente están muy contentos de que participéis con ellos en la Santa Misa y la pequeña convivencia y saludos al terminar la celebración; que indudablemente lo hacéis desde el corazón  y de la conciencia de que somos hijos del mismo Padre.

Como el año anterior Trini, la asistente social, ya ha hecho el calendario 2016-2017 esperando contar con vuestra presencia en la celebración de la Eucaristía.

Sugerimos que si en alguna cofradía no puede venir el sábado asignado, avisen  al centro  para que no se les espere. No hay ningún problema y comprendemos la cantidad de actividades que a veces se juntan.   
Si tenéis alguna aportación o aclaración no dudéis en contactar con nosotros. 
Gracias de nuevo por vuestra acción generosa. 

+ Aníbal Cantero
Capellán del CAMF Pozoblanco

viernes, 4 de noviembre de 2016

Reunión de Curas

Dicen que "pastores reunidos, ovejas muertas", pero no, no es el caso. Como todos los meses los sacerdotes de la zona de los Pedroches, el Arciprestazgo de Hinojosa del Duque y Pozoblanco-Villanueva de Córdoba, nos hemos reunido ayer en el Catecumenium de San Sebastián. ¿De qué se habla en estas reuniones? 

Lo primero, rezamos en presencia del Santísimo, una meditación hecha por uno de los sacerdotes para ayudar a la oración, para continuar luego con los puntos a tratar según el orden del día.
Estos encuentro favorecen la fraternidad, compartir recursos materiales y humanos,  facilitar la cura pastoral mediante una acción conjunta y articulada; temas de formación y programación de fechas, en este caso las celebraciones que tendremos, de la clausura del Año de la Misericordia que tendrá lugar en el santuario de la virgen de Luna, el próximo 13 de noviembre y la visita de la imagen peregrina de la Virgen de Fátima.

El futuro de Europa, su futuro moral, espiritual e, incluso, biológico, pasa por la familia cristiana

El miércoles partieron Francisco Javier y Raquel con sus seis hijos a la misión, a Riga (Letonia). El Señor sigue llamando... Y también hoy "dejándolo todo lo siguieron".

Grande y hermosa tarea: la de ser testigos, con obras y palabras, del Evangelio de la vida y de la familia en una grave coyuntura histórica de los pueblos de Europa.

En algunas ocasiones, se han publicado en este blog testimonios de familias que van a la misión del Camino Neocatecumenal de nuestra Parroquia. Para muchos resulta impactante e incluso despiertan algunas críticas, que una familia entera decida partir a la misión, dejándolo todo, a lugares lejanos para anunciar el Evangelio.

Si alguien ha acogido el amor de Cristo que da sentido a la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros? Dice San Pablo que “Cristo murió por todos para que el hombre no viva más para sí mismo”.


No tengo ninguna duda que es fruto de la iniciación cristiana, de la experiencia de una comunidad cristiana, a las catequesis, a la Palabra de Dios que fortalece la fe y la hace crecer, y prepara para escuchar y acoger la llamada de Dios. Como les decía el Papa francisco: «Habéis recibido la fuerza de dejar todo y partir a tierras lejanas gracias a un camino de iniciación cristiana, vivido en pequeñas comunidades, en las que habéis vuelto a descubrir las inmensas riquezas de vuestro Bautismo»

 “Son familias que parten sin grandes apoyos humanos, pero que cuentan, antes que nada, con el apoyo de la Providencia divina. Queridas familias, podéis testimoniar con vuestra historia que el Señor no abandona a quienes confían en Él. Seguid difundiendo el Evangelio de la vida. Allí donde os lleve vuestra misión dejaos iluminar por las consoladoras palabras de Jesús: «Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal» (Mateo 6, 33-34). En un mundo que busca la certeza humana y la seguridad, mostrad que Cristo es la roca segura sobre la cual se ha de construir el edificio de la propia existencia, y que la confianza puesta en Él nunca defrauda.” (Benedicto XVI)
3ª Comunidad de la Parroquia


Los primeros beneficiados de una familia en misión son los hijos, la fe de los hijos. A los hijos se les quedará grabado, sin que les quede duda, que lo verdaderamente importante en la vida es Dios y que lo demás no merece la pena a su lado. Eso es un beneficio que está muy por encima de cualquier criterio meramente material.

 Esta familia que va a la misión son enviados por la parroquia, por el obispo y por el propio Papa. Además, son enviadas a diócesis cuyos obispos lo han pedido expresamente. Es decir, siempre dentro de la vida diocesana de la Iglesia.

“A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero”. (Papa Francisco EG)

Enhorabuena a esta familia y a nuestra Parroquia. Y os pido que recéis por ellos y la misión que llevarán adelante en Letonia.

Párroco de San Sebastián

Fotos que me han enviado desde Riga: