PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Desde Uagadugú - Burkina Faso

Distribuyendo material escolar gracias a una ayuda económica recibida
Esto de ser una familia numerosa y tenerla repartida por el mundo es una alegría. El testimonio de los hermanos en la fe nos animan y nos llenan de celo por vivir mejor nuestra vocación y de anunciar el amor de Dios por cada persona. Esta vez nos escribe César desde Burkina Faso.

Uagadugú (Burkina Faso). Noviembre 2016

Queridos amigos

Los años van pasando. Este viejo misionero César, desde muy lejos, comparte de nuevo este año su experiencia de mensajero de la misericordia de Dios en tierra africana. Este año trabajo en Uagadugú, capital de Burkina. Una nueva etapa en estos 35 años de vida misionera en África. Un nuevo comienzo: nueva cultura, un ambiente nuevo, nuevos rostros, un clima muy cálido, una lengua desconocida, un nuevo tipo de trabajo. Así es la vida misionera, un proyecto de libertad, un continuo caminar sin atarse a personas, ni lugar; es un comenzar cada día. Así es el Evangelio de Jesús, así debe ser la persona de quien lo anuncia.

Los salesianos llevamos casi 7 años aquí, un barrio pobre de la capital; los niños no faltan, es lo importante, pero tampoco faltan las incomodidades, mucho polvo, mucho calor… y también mosquitos que a veces ponen en peligro nuestra salud.
Somos tres en comunidad; nos ocupamos de un centro social que ofrece a los jóvenes una oportunidad en la vida: leer, escribir, aprender un oficio y ayudar a librarse de mucho lastre que impide el desarrollo; todo esto sin distinción de religión, sexo o clase social, aunque tienen prioridad los más desfavorecidos.

Llevamos un taller de costura, otro de tejido tradicional, tintura y birdado africano, un taller de peluquería y una sala de informática abierta a los jóvenes del barrio, en total unas 150 personas. La promoción de la mujer es algo urgente aquí. Acogemos a cada persona con el nivel cultural y se le ofrece una formación lo más completa posible: alfabetización, higiene, orden personal…; también tienen la posibilidad de obtener un título oficial, se les hace seguimiento en los primeros meses de vida laboral, y se les ayuda a encontrar un trabajo o a perfeccionar su oficio.

En los fines de semana reunimos a los niños del barrio para actividades diversas (Oratorio), se organiza clases de tarde y formación para animadores. También ayudamos en la parroquia (sacramentos, visitas a enfermos, charlas de formación, etc…).

Proyectos no nos faltan: Hacer otros talleres (construcción metálica y aluminio, placas solares); abrir una escuela, construir una casa de acogida de niños de la calle, hacer una biblioteca y salas para estudio y para alfabetización, hacer campos de deporte y finalmente hacer una iglesia con salas de catequesis.

Esta es mi vida misionera; aunque con más de 70 años encima, el Señor me da aun nuevas energías para seguir anunciado su presencia como Padre que nos ama tal como somos y que se ha hecho visible en su hijo Jesús; nosotros colaboramos en su proyecto de una humanidad nueva: construir fraternidad, reconciliar a las personas, ofrecer oportunidades, dar esperanza, hacer que el mayor número de personas accedan a una vida digna, frenar a las causas del hambre y de la desgracia (ignorancia, individualismo, falta de esperanza, desánimo….). Esta es la labor ofrecida a todos pero en particular a la clase más vulnerable de esta sociedad, los niños, lo jóvenes y las mujeres.

Necesitamos tu ayuda. Navidad es tiempo para salir de nosotros y para compartir. De esta forma descubrirás que hay una manera de ser feliz: hacer felices a los demás. Que el Dios de la Vida y la misericordia nos haga descubrir esta realidad.

César, tu amigo misionero


NB: Si deseas enviarnos un donativo por el banco, esta es la cuenta del Banco Popular (sucursal de Pozoblanco) donde van los donativos a nuestras obras: 0075 3062 18 0700418290 

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