PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

lunes, 27 de junio de 2016

Reportaje fotográfico

Confiamos el ministerio sacerdotal del nuevo presbítero a la intercesión de San Sebastián, titular de nuestra parroquia, y a la Santísima Virgen María bajo la advocación de la Virgen de  la Soledad y Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro.






































Primera Misa en Burgos

Juan Antonio celebrará su primera Misa en la parroquia el sábado 2 de julio a las 20:30, y continuaremos la celebración a la salida del templo

miércoles, 22 de junio de 2016

Ordenación sacerdotal y primera Misa de Juan Antonio Cabrera

Toda la parroquia estamos muy contentos y agradecidos al Señor por la ordenación sacerdotal Juan Antonio Cabrera, miembro de nuestra comunidad parroquia. La celebración tendrá lugar, como lo hemos anunciado hace varias semanas, en la catedral de Burgos el sábado 25 a las 11 hs.
Tiene 29 años lleva en el seminario desde septiembre de 2005, primero en el Seminario Redemptoris Mater de Córdoba y luego en Burgos. Estuvo dos años de misión en Ciudad Juárez, México, colaborando con un equipo de catequistas, visitando comunidades y estando «al servicio de lo que hiciera falta». Desde que es diácono, ejerce su ministerio en la parroquia de la Sagrada Familia de Burgos. Asegura que quiere ser sacerdote porque siente que «Dios me llama a servirlo a él a través de los demás, en la Iglesia», a la vez que indica: «Él me va preparando y me perdona tanto… Así que me gustaría ser testigo de esa misericordia que el Señor tiene conmigo sirviendo a los demás».

Ante su ministerio, pide que recen por él, a la vez que revela que «soy feliz y la vocación no me ha quitado nada, al contrario, el Señor me ha regalado muchas cosas y eso me llena de alegría». A los jóvenes que se planteen su vocación les anima: «No tengáis miedo, el Señor nos lleva adelante».

La primera Misa en la Parroquia tendrá lugar el día 2 de julio a las 20:30 hs. Están todos invitados a esta GRAN CELEBRACIÓN de ACCIÓN DE GRACIAS AL SEÑOR.

lunes, 20 de junio de 2016

Elecciones. Participemos, es un derecho y una obligación ciudadana

La Virgen Desatanudos
“Los católicos no somos ciudadanos de segunda categoría por ser católicos. Y la fe, si es bien vivida, afecta a todos los ámbitos de la persona, también a su dimensión social y política. La persona que vive su fe de verdad se da cuenta de que esa luz potente de la fe le ayuda al discernimiento de sus decisiones públicas y políticas. La fe y la moral cristiana influyen en la decisión del voto que depositamos en las urnas” (Mons. Demetrio Fernández)
Unos ocho millones de personas van a Misa (que celebran la Eucaristía) cada domingo en nuestro país. Y van libremente, sin que nadie les obligue como obligan las leyes del estado. No sólo eso, sino que, también libremente, dan algún dinero para el mantenimiento de la Iglesia y poder seguir yendo… ¿No constituye eso una mayoría decisiva, o sumamente importante al menos? ¿No expresa así cada semana el pueblo lo que la retórica habitual llama su “soberanía”, o lo que le queda de ella? ¿Qué partido, de izquierdas o de derechas, reuniría a lo largo y ancho de la geografía española, un domingo tras otro, durante más de diez o doce semanas, llueva o nieve o haga un sol de justicia, sin repartir bocadillos, o sin tener que pagarles los autobuses y el entretenimiento a los bravos militantes que resistieran el meneo?
Pues bien, la pregunta del millón es: ¿Cómo es posible que luego, a la hora del voto, esa “mayoría” tenga tan poco reflejo? ¿de dónde nace el silencio? ¿Por qué no tenemos —la mayoría de nosotros— ni gran cosa que decir, ni la más mínima conciencia de que eso sea un problema?
Cada día hay más personas que se sienten desapegadas de la política, que ven en ella una especie de circo, y no están dispuestos a reírse. Porque se dan cuenta, por un lado, de lo que está en juego, y por otro, de que en todo el abanico de propuestas políticas que se nos hacen, en todas, los católicos  (a pesar de esa “mayoría” a la que nos hemos referido antes), somos algo marginal o irrelevante.
Pero ojo, el escepticismo con respecto a una cierta política no sirva de ocasión para que seamos instrumentalizados de un modo u otro por unas políticas peores. La frustración resignada, o la indignación, hartura de mentiras, corrupción,  hartura de propaganda, de luchas de poder, de humo y de nada, se convierten fácilmente en carne de cañón. Son fácilmente manipulables.

La dictadura del relativismo está mostrando en algunos países y algunos discursos políticos de estas elecciones un rostro populista que es bastante peligroso para la libertad, la libertad religiosa, es decir, la libertad de confesar la propia fe en privado y en público, la libertad de elegir el tipo de educación que se prefiera para los hijos, que son hijos de los padres antes que del Estado. La libertad para defender otros principios fundamentales como la vida, la familia, etc. 
Sepamos a quien votamos.  Para un cristiano es obvio: ningún partido es la Iglesia, y que de ninguno de ellos viene ni vendrá jamás la salvación. Que “no tenemos aquí ciudad permanente” (Hb 13, 14).
El mayor servicio que la Iglesia hace al mundo y a la polis, hoy como en el Siglo I, es ser ella misma. La política de la Iglesia es ser simplemente la Iglesia, esposa y cuerpo de Cristo, anticipo de la ciudad del cielo de que habla el final del Apocalipsis, sin complejos y sin reducciones.

Le pedimos a la Virgen que interceda por todos.

miércoles, 15 de junio de 2016

Gracias Señor...

Ayer 13 de junio, los jóvenes que recibimos la Confirmación el sábado nos volvimos a reunir para despedir este curso de la  mejor manera posible...
Un nuevo curso llega a su fin y queremos dar las  gracias al Señor por todo lo que nos ha regalado durante estos meses. 
Son bastantes e intensos momentos los que hemos compartido a lo largo de este curso. Hemos trabajado, estudiado, reflexionado, rezado, compartido, reído, llorado…y lo más importante: hemos confirmado que el Señor nos ama, que somos muy importantes para Él... que Jesús está vivo.
 Gracias por  todos los días que nos has regalado. Ayúdanos a vivir la fe. Danos tu  paz Señor,  para hacerla presente en nuestras vidas diaria.



sábado, 11 de junio de 2016

Confirmaciones en la Parroquia. Lo nuestro es sembrar sin desfallecer...

En nuestra parroquia como en todas las parroquias existe un interés extraordinario en torno al sacramento de la Confirmación.  Podrá haber deficiencias. Pero el dato central es enormemente positivo. No es fácil mantener alrededor de las parroquias a tantos jóvenes en esas edades tan difíciles y tan decisivas para el conjunto de la vida. Las cifras de los niños y jóvenes que reciben el sacramento están descendiendo, pero aun así contamos con una hermosa oportunidad de evangelización y formación de muchos jóvenes.

No sabemos ni cómo ni cuándo la gracia de Dios consigue sus frutos en la vida de nadie. Lo nuestro no es llevar la contabilidad de la vida espiritual de los cristianos, sino sembrar y sembrar y ayudar sin desfallecimiento. Estamos seguros de que la gracia de Dios no trabaja en vano. Pero todos sabemos que es una preocupación general el resultado de nuestro trabajo pastoral en torno al sacramento de la Confirmación. Muy pocos de los jóvenes confirmados continúan practicando regularmente la vida sacramental. Es casi un recurso común el decir que después de la Confirmación los jóvenes dejan de frecuentar la Iglesia y los perdemos de vista. Somos testigo de que no es todo así. 

Podemos estar seguros de que este trabajo no ha de ser inútil. Las cosas que se hacen bien y con recta intención siempre dejan buen fruto…

martes, 7 de junio de 2016

Muchas personas no cumplen los ochenta porque intentan durante demasiado tiempo quedarse en los cuarenta...

En total suman 2080 años... Esto es amor a la vida
Unción de Enfermos.

Este fin de semana recibieron, este sacramento, algunos mayores y enfermos de la Parroquia. La  Iglesia ha celebrado siempre el sacramento de la Unción en favor de sus miembros a los que unge y por los que ora, encomendando a los enfermos al Señor para que los alivie, exhortándolos también para que asociándose libremente a la pasión y muerte de Cristo colaboren al bien de la comunidad cristiana.

Las personas, al enfermar gravemente, necesitamos de una especial gracia de Dios, para que, dominado por la angustia, no desfallezca nuestro ánimo, no se debilite nuestra fe.

El sacramento de la Unción no es, ante todo, un sacramento de moribundos, un sacramento de última hora. Si no que es un sacramento para recibir la ayuda, la fuerza y la gracia del Señor cuando se experimenta el peso de una enfermedad grave. Y al mismo tiempo, un sacramento para los que experimentan ya la debilidad de la vejez. Así mismo, hay que tener en cuenta que el sacramento puede repetirse si el enfermo, tras haberlo recibido, llegara a convalecer o si, en el curso de la misma enfermedad, la situación se volviera crítica. Finalmente, puede recibirse también antes de una operación quirúrgica, cuando esta operación es debida a una enfermedad peligrosa o entraña un alto riesgo. Puede recibirse comunitaria y personal.