En esta fiesta de la Epifanía del Señor me venía a la memoria nuestros misioneros, pero hoy de manera especial Elisa, porque estos días me ha llega esta imagen suya, aunque casi no se le ve, es ella, desde Siberia. Los Magos de Oriente hicieron un largo viaje para llegar hasta Belén, hoy son los cristianos los que hacen un largo viaje para llevar a Jesús a los que aún no lo conocen. Y lo hacemos con alegría… ¿Qué hace una “pipiola” en Siberia? Pues… Quien se ha encontrado con Jesucristo descubre enseguida un deseo enorme de llevar la Buena Noticia, el Evangelio a los demás, a través de la evangelización y el servicio humilde movido por la caridad. Los que hemos conocido la gracia y el amor de Dios, no es para un consuelo privado. No se puede guardar esta experiencia solo para nosotros. “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús…” (Evangelium gaudium, 1). Cuantos milagros hace el Señor con nosotros…

A -32 grados. Así se entiende porque no se descubre la cara... Que friooooo