PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

martes, 17 de enero de 2017

Los familiares no humanos se encomiendan a San Antón

Dicen por ahí que para mantener una verdadera perspectiva de lo que valemos, todos deberíamos tener un perro que nos adore y un gato que nos ignore… 

Hoy es un buen día para recordar lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre los animales.

Los animales, como las plantas y los seres inanimados, están naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y futura (Gn 1, 28-31).
El dominio concedido por el Creador al hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del prójimo incluyendo la de las generaciones venideras; exige un respeto religioso de la integridad de la creación.

Por tanto, es legítimo servirse de los animales para el alimento y la vestimenta. Se los puede domesticar para que ayuden al hombre en sus trabajos y en sus ocios. Los experimentos médicos y científicos en animales son prácticas moralmente aceptables, si se mantienen en límites razonables y contribuyen a cuidar o salvar vidas humanas.

Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas. Es también indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar más bien la miseria del prójimo. Se puede amar a los animales; pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos.

En resumen: Después de Dios, el hombre es lo primero; si no fuera así sería un desorden total. Ningún bien terreno es superior al hombre.

Miembros de la parroquia no humanos:



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