PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

martes, 7 de febrero de 2017

Los Ejercicios Espirituales, retiros, convivencias de fin de semana… es una tarea indispensable para reordenar la vida interior y volar más alto

Al evangelista San Juan, la tradición cristiana lo ha identificado con el águila.  Es la capacidad de vuelo alto y de bajada intensa sobre la realidad de la encarnación… La capacidad de estar en lo alto y lo bajo, es la expresión de un estilo de oración y de vida que puede ser la nuestra. Ni una oración, ni una vida chata, como se suele decir: salud, dinero y amor… ni tampoco una vida que se vaya por las nubes. Saber descender a las profundidades de la realidad concreta, y a la vez elevarse en el misterio de Dios.

 “Me veo como un pobre pajarillo que, acostumbrado a volar solamente de árbol a árbol o, a lo más, hasta el balcón de un tercer piso..., un día, en su vida, tuvo bríos para llegar hasta el tejado de cierta casa modesta, que no era precisamente un rascacielos...  Mas he aquí que a nuestro pájaro lo arrebata un águila -lo tomó equivocadamente por una cría de su raza- y, entre sus garras poderosas, el pajarillo sube, sube muy alto, por encima de las montañas de la tierra y de los picos de nieve, por encima de las nubes blancas y azules y rosas, más arriba aun, hasta mirar de frente al sol... Y entonces el águila, soltando al pajarillo, le dice: anda, ¡vuela!
¡Señor, que no vuelva a volar pegado a la tierra!, ¡que esté siempre iluminado por los rayos del divino Sol -Cristo- en la Eucaristía!, ¡que mi vuelo no se interrumpa hasta hallar el descanso de tu Corazón!” (San José María Escrivá, Forja n° 39)

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