PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

domingo, 26 de marzo de 2017

Sólo sé que yo era ciego, y ahora veo

Para quien quiere creer hay muchos argumentos, pero para el que no quiere no existe ninguno. Por eso no perdáis el tiempo discutiendo sobre la fe ni sobre la Iglesia. Hoy se discute, pero todo queda en una confrontación de ideas en la que nadie escucha al otro y el único objetivo es salirse con la suya. 

Sólo sé que yo era ciego, y ahora veo. Punto. Dice el ciego de nacimiento en su discusión con los fariseos en el Evangelio de hoy (Jn 9). En nuestro tiempo en que las ideas son juguetes y las palabras carecen de seriedad, a la hora de la verdad sólo quien puede apelar a la experiencia sobrevive. Si nuestra fe en Jesucristo está hecha de rutinas, de ideas,  principios, se la lleva el viento. Y eso es un aspecto muy característico de lo que pasa hoy. Con una ideología, ni se sostiene la vida ni se hace frente a la dificultad. Sólo la experiencia resiste y vence. 

Sólo quien ha sido curado, quien tiene la experiencia de haber sido salvado por Cristo, y puede aferrarse a esa roca, puede decir: «Yo sólo sé que estaba ciego y ahora veo».

La fe, la esperanza y el amor ven más allá de las apariencias. Ya decía el Principiro:

"—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.


—Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse".

PD te animo a que leas todo el capítulo 9 de San Juan, no tiene ningún desperdicio. 

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