PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

miércoles, 30 de agosto de 2017

Desde Picota - Perú


Del 20 de agosto al 15 de septiembre, un grupo de seminaristas de Córdoba, entre ellos  un tarugo, de misión  en Picota, Perú.

domingo, 27 de agosto de 2017

Sobre la Palabra de hoy

Vigilando que no se queme el almuerzo
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Son palabras muy consoladoras porque están dichas a un pecador. La permanencia de la Iglesia, por tanto, nunca se verá en peligro a causa de los pecados de sus ministros, de los que formamos parte de ella. La Historia nos lo ha demostrado.

Son consoladoras porque sabemos que la Iglesia prevalecerá. Jesús dice el poder del infierno no la derrotará. No nos confundamos; no dice que no la hará temblar. La Iglesia lleva veinte siglos temblado, sometida a la fiereza de las olas y de las tempestades. Cuando muchos dijeron que caería, que la barca de Pedro se hundiría, fueron ellos quienes cayeron y se hundieron mientras la barca sigue a flote. Por tanto, temblor y luchas acompañarán siempre a la Esposa de Cristo. Pero el triunfo final está asegurado. Por eso luchamos y temblamos llenos de esperanza. Somos triunfadores.

El detalle de las llaves también es muy importante. Las llaves de tu casa no la entregan alegremente. Cuando se las das a alguien, le estás otorgando confianza, el poder sobre tus cosas, la facultad de entrar y salir, y el privilegio de no tener que llamar al timbre. Por eso, lo normal es reservar ese privilegio a los miembros de la familia.

Te daré las llaves del reino de los cielos. Jesús no le dio a Pedro las llaves del cielo para su uso exclusivo, sino para que, como cabeza visible de una familia numerosa abriera y cerrara las puertas de la casa de Dios a todos los miembros de la Iglesia.
San Agustín escribe: "La Iglesia ha recibido las llaves del Reino de los cielos, a fin de que se realice en ella el perdón de los pecados por la sangre de Cristo y la acción del Espíritu Santo. En esta Iglesia es donde revive el alma, que estaba muerta por los pecados, a fin de vivir con Cristo, cuya gracia nos ha salvado"

Feliz domingo

viernes, 25 de agosto de 2017

El enamoramiento como materia prima

Cartas del diablo a su sobrino. C.S. Lewis
Mi querido Orugario:
Te quejas de que mi última carta no deja claro si considero el "enamoramiento" como un estado deseable para un humano o no. Pero Orugario, de verdad, ¡ése es el tipo de pregunta que uno espera que hagan ellos! Déjales discutir si el "Amor", o el patriotismo, o el celibato, o las velas en los altares, o la abstinencia del alcohol, o la educación, son "buenos" o "malos". ¿No te das cuenta de que no hay respuesta? Nada importa lo más mínimo, excepto la tendencia de un estado de ánimo dado, en unas circunstancias dadas, a mover a un paciente particular, en un momento particular, hacia el Enemigo o hacia nosotros. En consecuencia, sería muy conveniente hacer que el paciente decidiese que el Amor es "bueno" o "malo". Si se trata de un hombre arrogante, con un desprecio por el cuerpo basado realmente en la exquisitez, pero que él confunde con la pureza —y un hombre que disfruta mofándose de aquello que la mayor parte de sus semejantes aprueban—, desde luego déjale decidirse en contra del Amor. Incúlcale un ascetismo altivo y luego, cuando hayas separado su sexualidad de todo aquello que podría humanizarla, cae sobre él con una forma mucho más brutal y cínica de la sexualidad. Sí, por el contrario, se trata de un hombre emotivo, crédulo, aliméntale de poetas menores y de novelistas de quinta fila, de la vieja escuela, hasta que le hayas hecho creer que el "Amor" es irresistible y además, de algún modo, intrínsecamente meritorio. Esta creencia no es de mucha utilidad, te lo garantizo, para provocar faltas casuales de castidad; pero es una receta incomparable para conseguir prolongados adulterios "nobles", románticos y trágicos, que terminan, si todo marcha bien, en asesinatos y suicidios. Si falla, eso se puede utilizar para empujar al paciente a un matrimonio útil. Porque el matrimonio, aunque sea un invento del Enemigo, tiene sus usos. Debe haber varias mujeres jóvenes en el barrio de tu paciente que harían extremadamente difícil para él la vida cristiana, si tan sólo lograses persuadirle de que se casase con una de ellas. Por favor, envíame un informe sobre esto la próxima vez que me escribas. Mientras tanto, que te quede bien claro que este estado de enamoramiento no es, en sí, necesariamente favorable ni para nosotros ni para el otro bando. Es, simplemente, una ocasión que tanto nosotros como el Enemigo tratamos de explotar. Como la mayor parte de las cosas que excitan a los humanos, tales como la salud y la enfermedad, la vejez y la juventud, o la guerra y la paz, desde el punto de vista de la vida espiritual es, sobre todo, materia prima.
Tu cariñoso tío,

ESCRUTOPO

miércoles, 23 de agosto de 2017

Tentaciones en torno a: completa abstinencia o monogamia sin paliativos

Cartas del diablo a su sobrino. C.S. Lewis
Mi querido Orugario:
Hasta con Babalapo tienes que haber aprendido en la escuela la técnica rutinaria de la tentación sexual, y ya que para nosotros los espíritus, todo este asunto es considerablemente tedioso (aunque necesario como parte de nuestro entrenamiento), lo pasaré de largo. Pero en las cuestiones más amplias implicadas en este asunto creo que tienes mucho que aprender.
Lo que el Enemigo (es decir, Dios) exige de los humanos adopta la forma de un dilema: o completa abstinencia o monogamia sin paliativos. Desde la primera gran victoria de Nuestro Padre, les hemos hecho muy difícil la primera. Y llevamos unos cuantos siglos cerrando la segunda como vía de escape. Esto lo hemos conseguido por medio de los poetas y los novelistas, convenciendo a los humanos de que una curiosa, y generalmente efímera, experiencia que ellos llaman "estar enamorados" es la única base respetable para el matrimonio; de que el matrimonio puede, y debe, hacer permanente este entusiasmo; y de que un matrimonio que no lo consigue deja de ser vinculante. Esta idea es una parodia de una idea procedente del Enemigo.
Toda la filosofía del Infierno descansa en la admisión del axioma de que una cosa no es otra cosa y, en especial, de que un ser no es otro ser. Mi bien es mi bien, y tu bien es el tuyo. Lo que gana uno, otro lo pierde. Hasta un objeto inanimado es lo que es excluyendo a todos los demás objetos del espacio que ocupa; si se expande, lo hace apartando a otros objetos, o absorbiéndolos. Un ser hace lo mismo. Con los animales, la absorción adopta la forma de comer; para nosotros, representa la succión de la voluntad y la libertad de un ser más débil por uno más fuerte. "Ser" significa "ser compitiendo".
La filosofía del Enemigo no es más ni menos que un continuo intento de eludir esta verdad evidente. Su meta es una contradicción. Las cosas han de ser muchas, pero también, de algún modo, sólo una. A esta imposibilidad Él le llama Amor, y esta misma monótona panacea puede detectarse bajo todo lo que Él hace e incluso todo lo que Él es o pretende ser. De este modo, Él no está satisfecho, ni siquiera Él mismo, con ser una mera unidad aritmética; pretende ser tres al mismo tiempo que uno, con el fin de que esta tontería del Amor pueda encontrar un punto de apoyo en Su propia naturaleza. Al otro extremo de la escala, Él introduce en la materia ese indecente invento que es el organismo, en el que las partes se ven pervertidas de su natural destino —la competencia— y se ven obligadas a cooperar.

Su auténtica motivación para elegir el sexo como método de reproducción de los humanos está clarísima, en vista del uso que ha hecho de él. El sexo podría haber sido, desde nuestro punto de vista, completamente inocente. Podría haber sido meramente una forma más en la que un ser más fuerte se alimentaba de otro más débil —como sucede, de hecho, entre las arañas, que culminan sus nupcias con la novia comiéndose al novio—. Pero en los humanos, el Enemigo ha asociado gratuitamente el afecto con el deseo sexual. También ha hecho que su descendencia sea dependiente de los padres, y ha impulsado a los padres a mantenerla, dando lugar así a la familia, que es como el organismo, sólo que peor, porque sus miembros están más separados, pero también unidos de una forma más consciente y responsable. Todo ello resulta ser, de hecho, un artilugio más para meter el Amor.
Ahora viene lo bueno del asunto. El Enemigo describió a la pareja casada como "una sola carne". No dijo "una pareja felizmente casada", ni "una pareja que se casó porque estaba enamorada", pero se puede conseguir que los humanos no tengan eso en cuenta. También se les puede hacer olvidar que el hombre al que llaman Pablo no lo limitó a las parejas casadas. Para él, la mera copulación da lugar a "una sola carne". De esta forma, se puede conseguir que los humanos acepten como elogios retóricos del "enamoramiento" lo que eran, de hecho, simples descripciones del verdadero significado de las relaciones sexuales. Lo cierto es que siempre que un hombre yace con una mujer, les guste o no, se establece entre ellos una relación trascendente que debe ser eternamente disfrutada o eternamente soportada. A partir de la afirmación verdadera de que esta relación trascendente estaba prevista para producir —y, si se aborda obedientemente, lo hará con demasiada frecuencia— el afecto y la familia, se puede hacer que los humanos infieran la falsa creencia de que la mezcla de afecto, temor y deseo que llaman "estar enamorados" es lo único que hace feliz o santo el matrimonio. El error es fácil de provocar, porque "enamorarse" es algo que con mucha frecuencia, en Europa occidental, precede matrimonios contraídos en obediencia a los propósitos del Enemigo, esto es, con la intención de la fidelidad, la fertilidad y la buena voluntad; al igual que la emoción religiosa muy a menudo, pero no siempre, acompaña a la conversión. En otras palabras, los humanos deben ser inducidos a considerar como la base del matrimonio una versión muy coloreada y distorsionada de algo que el Enemigo realmente promete como su resultado. Esto tiene dos ventajas. En primer lugar, a los humanos que no tienen el don de la continencia se les puede disuadir de buscar en el matrimonio una solución, porque no se sienten "enamorados" y, gracias a nosotros, la idea de casarse por cualquier otro motivo les parece vil y cínica. Sí, eso piensan. Consideran el propósito de ser fieles a una sociedad de ayuda mutua, para la conservación de la castidad y para la transmisión de la vida, como algo inferior que una tempestad de emoción. (No olvides hacer que tu hombre piense que la ceremonia nupcial es muy ofensiva.) En segundo lugar, cualquier infatuación sexual, mientras se proponga el matrimonio como fin, será considerada "amor", y el "amor" será usado para excusar al hombre de toda culpa, y para protegerle de todas las consecuencias de casarse con una pagana, una idiota o una libertina. Pero ya seguiré en mi próxima carta.
Tu cariñoso tío,
ESCRUTOPO

lunes, 21 de agosto de 2017

Desde el corazón de Sudamérica

Aprovechando estos días en el corazón de Sudamérica y la reciente fiesta de la Asunción de la Virgen, una pequeña pincelada:
15 de agosto de 1537, Juan de Salazar y Espinoza fundaba oficialmente la Casa Fuerte «Nuestra Señora de la Asunción», un fuerte militar a orillas del río Paraguay.
Estos castellanos impulsados por el deseo de emprender una obra civilizadora y evangelizadora, se adentraron en estas selvas, sorteando toda suerte de peligros, carencias y enfermedades, con el riesgo de ser el almuerzo de algún jaguareté (tigre americano) o de alguna tribu (el famoso caldo ava o caldo de hombres).
Juan de Salazar y Espinoza, el fundador de Asunción, era capitán real y comendador de la Orden de Santiago. Formaba parte de una expedición al mando de Pedro de Mendoza, el cual tenía la misión de conquistar y poblar la zona del Río de la Plata para contrarrestar el avance de los portugueses.
La alianza con los carios guaraníes era fundamental para la sobrevivencia de los españoles, quienes estaban a una distancia inmensa de la madre patria, sin la posibilidad de comunicación con los de su misma raza, con el agotamiento físico y moral, luego de tantas penurias y fatigas.
Gracias a esta alianza los castellanos conquistadores mezclaron su sangre con la del guaraní y nació el mestizaje.Y así a lo largo de los siglos en medio de luchas, entendimientos, bajo el estandarte de la cruz y el amparo maternal de la Virgen de la Asunción, surgió un hombre nuevo: el paraguayo.
En 1541, el puerto de Nuestra Señora de la Asunción se convertía en ciudad. El fuerte fundado por los españoles a orillas del río Paraguay hace 480 años se terminaría convirtiendo en la base de donde partieron las expediciones que establecieron más de 70 ciudades en Argentina, Bolivia, Brasil y, por supuesto, Paraguay.

sábado, 19 de agosto de 2017

La gula, no es cuestión de cantidad

Cartas del diablo a su sobrino. C.S. Lewis
Mi querido Orugario:
El tono despectivo en que te refieres, en tu última carta, a la gula, como medio de capturar almas, no revela sino tu ignorancia. Uno de los grandes logros de los últimos cien años ha sido amortiguar la conciencia humana en lo referente a esa cuestión, de tal forma que difícilmente podrás encontrar ahora un sermón pronunciado en contra de ella, o una conciencia preocupada por ella, a todo lo ancho y largo de Europa. Esto se ha llevado a efecto, en gran parte, concentrando nuestras fuerzas en la promoción de la gula por exquisitez, no en la gula del exceso. La madre de tu paciente, según sé por el dossier y tú podrías saber por Gluboso, es un buen ejemplo. Se quedaría perpleja —un día, espero, se quedará perpleja— si supiese que toda su vida ha estado esclavizada por este tipo de sensualidad, que le resulta perfectamente imperceptible por el hecho de que las cantidades en cuestión son pequeñas. Pero, ¿qué importan las cantidades, con tal de que podamos servirnos del estómago y del paladar humano para provocar quejumbrosidad, impaciencia, dureza y egocentrismo? Gluboso tiene bien atrapada a esta anciana. Esta señora es una verdadera pesadilla para las anfitrionas y los criados. Siempre está rechazando lo que le han ofrecido, diciendo, con un suspiro y una sonrisa coqueta: "Oh, por favor, por favor... todo lo que quiero es una tacita de té, flojo pero no demasiado, y un pedacito chiquitín de pan tostado verdaderamente crujiente". ¿Te das cuenta? Puesto que lo que quieres más pequeño y menos caro que lo que le han puesto delante, nunca reconoce como gula su afán de conseguir lo que quiere, por molesto que pueda resultarles a los demás. Al tiempo que satisface su apetito, cree estar practicando la templanza. En un restaurante lleno de gente, da un gritito ante el plato que una camarera agobiada de trabajo le acaba de servir, y dice: "¡Oh, eso es mucho, demasiado! Lléveselo, y tráigame algo así como la cuarta parte". Si se le pidiese una explicación, diría que lo hace para no desperdiciar; en realidad, lo hace porque el tipo particular de exquisitez a la que la hemos esclavizado no soporta la visión de más comida que la que en ese momento le apetece.

El auténtico valor del trabajo callado y disimulado que Gluboso ha llevado a cabo, durante años, con esta vieja, puede medirse por la fuerza con que su estómago domina ahora toda su vida. Ella se encuentra en un estado de ánimo que puede representarse por la frase "todo lo que quiero". Todo lo que quiere es una tacita de té hecho como es debido, o un huevo correctamente pasado por agua, o una rebanada de pan adecuadamente tostada; pero nunca encuentra ningún criado ni amigo que pueda hacer estas cosas tan sencillas "como es debido", porque su "como es debido" oculta una exigencia insaciable de los exactos y casi imposibles placeres del paladar que cree recordar del pasado, un pasado que ella describe como "los tiempos en que podía conseguirse un buen servicio", pero que nosotros sabemos que son los tiempos en que sus sentidos eran más fácilmente complacidos y en los que otra clase de placeres la hacían menos dependiente de los de la mesa. Entretanto, la frustración cotidiana produce un cotidiano mal humor: las cocineras se despiden y las amistades se enfrían. Si alguna vez el Enemigo introduce en su mente la más leve sospecha de que pueda estar demasiado interesada por la comida, Gluboso la contrarresta susurrándole que a ella no le importa lo que ella misma come, pero que "le gusta que sus hijos coman cosas agradables". Naturalmente, en realidad, su avaricia fue una de las causas principales de lo poco a gusto que su hijo se ha sentido en casa durante muchos años.

Pues bien, tu paciente es hijo de su madre, y aunque, acertadamente, te dediques a luchar más a fondo en otros frentes, no debes olvidar una pequeña y silenciosa infiltración en lo referente a la gula. Como es un hombre, no resulta tan fácil atraparle con el camuflaje del "Todo lo que quiero": como mejor se hace que los hombres pequen de gula es apoyándose en su vanidad. Hay que hacer que se crean muy entendidos en cuestiones culinarias, para aguijonearles a decir que han descubierto el único restaurante de la ciudad donde los filetes están de verdad "correctamente" guisados. Lo que empieza como vanidad puede convertirse luego, paulatinamente, en costumbre. Pero, de cualquier modo que lo abordes, lo bueno es llevarle a ese estado de ánimo en que la negación de cualquier satisfacción —no importa cuál, champagne o té, sole Colbert o cigarrillos— le "irrita", porque entonces su caridad, su justicia y su obediencia estarán totalmente a tu merced.
El mero exceso de comida es mucho menos valioso que la exquisitez. Es útil, sobre todo, a modo de preparación artillera antes de lanzar ataques contra la castidad. En esta materia, como en cualquier otra, debes mantener a tu hombre en un estado de falsa espiritualidad; nunca le dejes darse cuenta del lado médico de la cuestión. Manténle preguntándose qué pecado de orgullo o qué falta de fe le ha puesto en tus manos, cuando el simple análisis de lo que ha comido o bebido durante las últimas veinticuatro horas podría revelarle de dónde proceden tus municiones y le permitiría, por consiguiente, poner en peligro tus líneas de aprovisionamiento mediante una muy ligera abstinencia. Si ha de pensar en el aspecto médico de la castidad, suéltale la gran mentira que hemos hecho que se traguen los humanos ingleses: que el ejercicio físico excesivo, y la consecuente fatiga, son especialmente favorables para esta virtud. Podría muy bien preguntarse uno, en vista de la notoria lubricidad de los marineros y de los soldados, cómo es posible que se lo crean. Pero nos servimos de los maestros de escuela para difundir este camelo, hombres a quienes de verdad la castidad sólo les interesaba como excusa para fomentar la práctica de los deportes, y que, por tanto, recomendaban tales juegos como ayuda a la castidad. Pero todo este asunto resulta demasiado amplio como para abordarlo al final de una carta.
Tu cariñoso tío,

ESCRUTOPO

viernes, 18 de agosto de 2017

jueves, 17 de agosto de 2017

Manifiesto de los treinta

Hoy cumplo 30... Tres décadas! Que se dice pronto...
En estos años he vivido muchas cosas: he vivido en una gran familia, donde he aprendido a ser hija y he recibido la alegría de 6 pedazo de hermanos, he vivido por toda Andalucía, estudiando y aprendiendo, conociendo gente, he trabajado en sitios variopintos, he conocido a un regalo del cielo hecho hombre, con el que me casé y formé una familia, y hemos tenido cinco hijos, cinco tesoros (Séfora, Esteban, Miriam, Sofía Akiba y Claudia).
Hemos pasado tiempo difíciles y a la vez bonitos. Estoy aprendiendo a ser esposa y madre, y puedo decir que es lo mejor que he hecho en vida.
Ya cuando nació Esteban, volví a la Universidad, y ahora he sacado unas oposiciones de maestra, otro regalo,  si sabéis un poco las condiciones en que me presenté.
Total, que tengo mucho que celebrar, que estoy contenta, la verdad, y me gustaría compartirlo con vosotros!... para que os alegréis conmigo por todo lo que Dios me ha regalado durante toda mi vida, y en especial últimamente!!

martes, 15 de agosto de 2017

¡Al cielo con ella!

Esta solemnidad de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al cielo, nos ayuda a elevar la mirada y el pensamiento hacia el cielo. No a un cielo hecho de ideas abstractas, ni tampoco un cielo imaginario: Dios es el cielo. Don está Dios está el cielo, donde no está Dios es un infierno.

Lo que celebramos los católicos es un gran anuncio de lo que Dios quiere hacer con nosotros, contigo...

 La salvación de Dios en Jesucristo abraza a nuestra vida entera: cuerpo y alma. En coherencia con esto la fe católica rechaza de lleno la creencia en la reencarnación porque supone un desprecio del propio cuerpo. Nuestro cuerpo forma parte de nuestra persona. Nuestra fe es en la Encarnación, es decir, la fe en que Dios asumió la carne humana por toda la eternidad. Dios tiene un cuerpo humano: Jesucristo. 

De aquí la práctica de dar digna sepultura a los difuntos. Porque estos cuerpos están llamados a la unión con el alma en la resurrección final.  Cementerio en latín significa dormitorio.

Nuestro cuerpo no es una prótesis que podemos cambiar a nuestro antojo. No es algo, es alguien, somos nosotros mismos.

Hoy se nos ofrece una gran esperanza, la Virgen María nos muestra un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino: acoger a su Hijo Jesucristo; no perder nunca la relación con Él. No es lo mismo tener Esperanza que tener esperanzas.El que carece de una verdadera Esperanza vive invadido de una multitud de deseos. La esperanza tiene que ser trascendente, la fe en Dios fiel y misericordioso.

Nos ponemos en las manos de la Virgen y ¡al cielo con ella!

domingo, 13 de agosto de 2017

La gran familia parroquial crece

Esperamos que sea otra gran colaboradora de la Parroquia San Sebastián, como siempre ha sido la familia Fenández Nevado

¡Bienvenida Alma de María!

jueves, 10 de agosto de 2017

Juan José López Misas: "Los problemas, las desavenencias, las crisis nos interpelan y nos invitan a crecer, a evolucionar. La cuestión es si, como dice el evangelio, hemos construido nuestra casa, nuestra vida o nuestra familia sobre la “Roca” que indudablemente es Jesucristo."

Amena tertulia familiar en casa de Juanjo y Ester.
Mes de febrero. Por las familias, salud.
En nuestra Parroquia todos conocen a Juan José López Misas, Juanjo. Responsable de la Catequesis prematrimonial y colaborador cercano en la pastoral familiar. Además profesionalmente es Psicólogo de familia.
A todos nos importa la familia, porque es el motor de nuestra sociedad y de la historia, y cumple un rol fundamental en la formación de la persona... Es aquí donde de forma natural aprendemos a amar, servir, compartir, perdonar, donde se da el clima mejor que nos humaniza, y el mejor lugar donde se puede recibir y crecer en la fe.
Aprovechamos estos días de verano para hacerle algunas preguntas a Juanjo sobre este tema que nos interesa y afecta a todos.

Juanjo, eres padre de familia numerosa (7 hijos), catequista  de novios, colaborador en la pastoral familiar, psicólogo de familia… ¿de dónde te viene este gran interés por la familia?
Es  verdad. La familia es un tema que me entusiasma y creo que este interés ha ido creciendo dentro de mi poco a poco en el seno de la Iglesia y a través del Master de Pastoral familiar del Instituto Juan Pablo II he descubierto una forma de entender al hombre bellísima. Los sufrimientos, necesidades, búsquedas, los significados de la vida de cada ser humano no se pueden comprender si no se conoce la casa en la que se ha criado, los valores que ha recibido, quién le ha enseñado a pensar, cómo ha sido amado o qué relaciones ha forjado.

¿Qué es un psicólogo de familia?
Es un profesional que utiliza las herramientas de la psicología para ayudar a la familia a superar los problemas o los retos que se le presentan. Cómo abordar o prevenir los problemas de pareja, cómo afrontar los problemas educativos o cómo mejorar las relaciones entre los miembros de la misma.

¿Cuáles son las principales consultas que realizan las familias en Pozoblanco?
Normalmente, se refieren a problemas educativos. Es frecuente encontrar que cuando un hijo reta a los padres con problemas de conducta se demanden los servicios de un psicólogo para ayudarles afrontar la situación. 
Suele ocurrir que el problema de conducta del hijo sea la expresión de otros problemas inadvertidos en la familia: en la pareja, límites con la familia política, horarios, estilos de comunicación, autocontrol emocional… etc. Por eso, no se trata solo de enseñar unas técnicas a los padres sino de modificar algunos hábitos o interacciones que están dañando  la dinámica de la familia y a cada miembro.


Una de las grandes alegrías de la vida es tener una familia unida y eso hay que trabajarlo. ¿Cómo? Muchos están muy perdidos en este tema.
Cuando preguntamos a las personas que nos digan cuáles son las cosas más importantes en su vida, normalmente indican que la familia está entre los primeros puestos del ranking. Se trata de un valor claro para muchas personas.
Lógicamente si algo es valioso para uno, está claro que tenderá a cuidarlo. Cuidar el valor de la familia debe traducirse sin lugar a dudas en dedicar tiempo, energía y dinero  a la misma. Para mí esto es un criterio elemental para cuidar la familia. El padre que desea educar a sus hijos se las ingeniará para pasar tiempo con ellos. El matrimonio trabajará los detalles, los hábitos y sus agendas para cuidar su relación. Cada uno hará pequeños sacrificios por salvaguardar el bien que supone la familia. Realmente perdonar, pasar tiempo juntos, hablarse con respeto, establecer límites con la familia extensa, entregarse en la sexualidad, ponerse de acuerdo constantemente etc… son acciones que requieren de voluntad, creatividad e inteligencia.
Otro elemento clave es alimentar la fe. La familia que descubre que Dios les ama y los sostiene, trabaja por estar cerca de esta fuente de amor y perdón.

Según tu experiencia, ¿actualmente cuáles son las fuentes más comunes del conflicto familiar?
Los problemas relacionados con la educación y el comportamiento de los hijos suelen ser un motivo de consulta bastante frecuente. La conducta del hijo suele ser un síntoma de que algo no funciona bien en el sistema familiar.
No obstante, los problemas en las familias no suelen venir de golpe ni se deben a una sola causa. Es frecuente ver que los problemas de rebeldía de los hijos se han ido tejiendo poco a poco, que las grandes infidelidades de los matrimonios se han alimentado con muchas pequeñas deslealtades, que la distancia emocional se genera creando agendas paralelas, etc.
Por otra parte, es normal que cada familia esté sometida a  tensiones frecuentemente (trabajo, economía, salud, prisas, compromisos, responsabilidades con familia política…). La cuestión es si familia tiene recursos para hacerles frente. Es ahí donde cada uno podemos trabajar cada día.

¿Cómo distinguir en estos tiempos lo que es una mala racha del estado de ánimo de un verdadero problema que requiere de ayuda psicológica?
Las parejas realizamos una evolución en nuestra relación. Eso quiere decir que vamos atravesando etapas. Diferentes hitos nos obligan a adaptarnos.
Cuando estamos recién casados debemos adaptarnos a la convivencia, al manejo de finanzas, la relación con la familia política, los hábitos o los horarios. Cuando llegan los hijos, los cambios en el trabajo,  el deterioro en la salud, los hijos adolescentes, el cuidado de los abuelos, el nido vacío. Son transiciones y cada una supone una adaptación que puede ser más o menos dramática. 
Lo que nos dará la pauta de la gravedad será la frecuencia, intensidad y repercusión de los conflictos o la distancia emocional. 

Los divorcios han aumentado notablemente, según tú ¿a qué se debe?
Está claro que los valores sociales han cambiado. Hace unas décadas, casarse y formar una familia era un objetivo vital crucial. Hoy no. Por otro lado, el matrimonio ha dejado de percibirse como un vínculo sagrado. Hoy se contempla como un contrato privado. Además, la ley facilita mucho la ruptura.
Podríamos mencionar muchos cambios culturales: la dictadura del relativismo, la exaltación del individualismo, el hedonismo o el utilitarismo por ejemplo. Pero a mí me gustaría resaltar un aspecto que me encuentro con frecuencia en la consulta. Muchas personas valoran su relación en base a los sentimientos que le produce. Digamos que existe una primacía de los sentimientos sobre otras consideraciones. Muchas personas concluyen: “Si no estoy enamorado, mi relación no merece la pena” “No tengo claro mis sentimientos”, “Ya no siento lo mismo”.
Es cierto que amar tiene que ver con sentir, pero sobre todo amar implica a la voluntad, a la inteligencia y a la creatividad como he dicho antes. 
El fundamento para muchas personas es solo el bienestar emocional. Es frecuente observa que muchas personas en un ambiente propicio se dejan llevar por lo que le dictan los sentimientos. 

¿Crees que la naturaleza humana tiende a la infidelidad o es algo de nuestro tiempo?
Indudablemente el ser humano es débil. Creo que la infidelidad ha estado presente en todas las épocas. Pero en nuestra época la infidelidad se ha divulgado a través de la tele y el cine revestida de romanticismo y aventura. Además, se ha justificado apelando a los sentimientos. Por otra parte, la propagación de los medios anticonceptivos que han separado la relación sexual de sus consecuencias y la presentación del compromiso matrimonial como un corsé  a la libertad individual han promovido que la práctica de la infidelidad no esté tan mal vista.

Quedan secuelas en la persona engañada, ¿también en el que engaña?
La persona engañada sufre mucho. Normalmente se vive como una traición. Muy difícil de perdonar. En ese momento, junto a la rabia, la indignación y los deseos de venganza se asocian los sentimientos de culpa, de inutilidad, de desesperanza: “es que no sirvo”; “¿qué he hecho mal?”. También hay sentimientos de pérdida y la autoestima suele verse menoscabada. 
La persona que ha sido infiel y busca el perdón sufre también mucho. Percibe que realiza esfuerzos para  recobrar la confianza pero su pareja tiene muchos problemas para poder fiarse de él. Esto puede generar desesperanza y desmotivación que pueden ser mal interpretados por el otro.
Realmente ambos necesitan ayuda, aunque es frecuente encontrar a personas que se embarcan en un plan de marketing para dañar la imagen del otro, justificar su postura y anestesiar su conciencia. 

¿Qué hay que hacer ante una situación de crisis conyugal?
Lo primero evitar la precipitación. Dice de San Ignacio “en tiempos de tribulación, no hacer mudanza”.
En segundo lugar, pedir ayuda. Es bueno mirar en nuestro entorno y buscar a las personas que no se dejen llevar por el calor del momento y estén dispuestas a ayudar a la pareja a superar sus problemas. Así mismo podemos buscar la ayuda de un profesional que nos ayude a comprender porque se ha deteriorado la relación y qué hábitos podemos retomar para reconducir la situación
En tercer lugar objetivizar el problema. Conviene descubrir en el seno de la relación cuál es el problema concreto al que nos enfrentamos. Solo así lo convertiremos en manejable. Para esto es bueno dejarse ayudar por un consultor. 
A partir de un análisis honesto, realista y templado de la situación podremos descubrir los cambios que podemos introducir en nuestra forma de relacionarnos.

Pascal decía que “la desgracia descubre al alma luces que la prosperidad no llega a percibir”. Y C. S. Lewis: “El dolor es el megáfono que utiliza Dios para despertar a un mundo de sordos”. Parece que el ser humano es contradictorio. ¿Necesitamos de la adversidad para llevar a cabo cambios auténticos y profundos en nuestras vidas que den sentido a la existencia?
Ciertamente creo que tenemos una tendencia a instalarnos en nuestra zona de confort. Es ese estado en el que estamos cómodos aunque reconozcamos muchas quejas sobre nosotros, nuestra familia, nuestro trabajo.  Tenemos una tendencia al status quo.
Los problemas, las desavenencias, las crisis nos interpelan y nos invitan a crecer, a evolucionar. La cuestión es si, como dice el evangelio, hemos construido nuestra casa, nuestra vida o nuestra familia sobre la “Roca” que indudablemente es Jesucristo.

Para terminar, ¿te gustaría añadir alguna cuestión más?
Solamente agradecerte por la oportunidad que me has dado para hablar de un tema tan hermoso.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Catador de parroquias

Cartas del diablo a su sobrino. C.S. Lewis
Mi querido Orugario:
En tu última carta, mencionabas de pasaba que el paciente ha seguido yendo a una iglesia, y sólo a una, desde su conversión, y que no está totalmente satisfecho de ella. ¿Puedo preguntarte qué es lo que haces? ¿Por qué no tengo ya un informe sobre las causas de su fidelidad a la iglesia parroquial? ¿Te das cuenta de que, a menos que sea por indiferencia, esto es muy malo? Sin duda sabes que, si a un hombre no se le puede curar de la manía de ir a la iglesia, lo mejor que se puede hacer es enviarle a recorrer todo el barrio, en busca de la iglesia que "le va", hasta que se convierta en un catador o connoisseur de iglesias.
Las razones de esto son obvias. En primer lugar, la organización parroquial siempre debe ser atacada, porque, al ser una unidad de lugar, y no de gustos, agrupa a personas de diferentes clases y psicologías en el tipo de unión que el Enemigo desea (cuando el diablo habla del enemigo se está refiriendo a Dios). El principio de la congregación, en cambio, hace de cada iglesia una especie de club, y, finalmente, si todo va bien, un grupúsculo o facción. En segundo lugar, la búsqueda de una iglesia "conveniente" hace del hombre un crítico, cuando el Enemigo quiere que sea un discípulo. Lo que Él quiere del laico en la iglesia es una actitud que puede, de hecho, ser crítica, en tanto que puede rechazar lo que sea falso o inútil, pero que es totalmente acrítica en tanto que no valora: no pierde el tiempo en pensar en lo que rechaza, sino que se abre en humilde y muda receptividad a cualquier alimento, que se le dé. (¡Fíjate lo rastrero, antiespiritual e incorregiblemente vulgar que es el Enemigo!) Esta actitud, sobre todo durante los sermones, da lugar a una disposición (extremadamente hostil a toda nuestra política) en que los tópicos calan realmente en el alma humana. Apenas hay un sermón, o un libro, que no pueda ser peligroso para nosotros, si se recibe en este estado de ánimo; así que, por favor, muévete, y manda a ese tonto a hacer la ronda de las iglesias vecinas, tan pronto como sea posible. Tu expediente no nos ha dado hasta ahora mucha satisfacción.
He mirado en el archivo las dos iglesias que le caen más cerca. Las dos tienen ciertas ventajas. En la primera de ellas, el vicario es un hombre que lleva tanto tiempo dedicado a aguar la fe, para hacérsela más asequible a los feligreses supuestamente incrédula y testaruda, que es él quien ahora escandaliza a los parroquianos con su falta de fe, y no al revés: ha minado el cristianismo de muchas almas. Su forma de llevar los servicios es también admirable: con el fin de ahorrarles a los laicos todas las "dificultades", ha abandonado tanto el leccionario como los salmos fijados para cada ocasión, y ahora, sin darse cuenta, gira eternamente en torno al pequeño molino de sus quince salmos y sus veinte lecciones favoritas. Así estamos a salvo del peligro de que pueda llegarle de las Escrituras cualquier verdad que no le resulte ya familiar tanto a él como a su rebaño. Pero quizá tu paciente no sea lo bastante tonto como para ir a esta iglesia, o, al menos, no todavía.

martes, 8 de agosto de 2017

Peregrinando por el mundo con el Papa (IV)

Caacupe - Paraguay
En el verano del 2013 también hicimos un gran viaje: Rio de Janeiro. Pasando por varias ciudades de Paraguay: Asunción, Encarnación (las Reducciones Jesuíticas guaraníes), Ciudad del Este… y cruzando la fronteras con Brasil, las espectaculares “cataratas del Yguazú”. 
Y desde las cataratas, rumbo a Rio de Janeiro, cruzamos casi medio Brasil en autobús… aquello fue la gran “sentada”. 
Fue nuestro primer encuentro con el Papa Francisco. Nos habló en un lenguaje muy cercano y al puro estilo argentino: 
«Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que ‘juguemos en su equipo’. Y un jugador debe entrenarse. Hay mucho en juego, pues Jesús ¡nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin.
Chicos y chicas, ¡No se metan en la cola de la historia! ¡Sean protagonistas!». Lo decía en español y lo remachaba con modismos argentinos como el de mirar por el balcón mientras otros pasan: «No dejen que otros sean protagonistas del cambio. ¡No balconeen la vida! ¡Métanse en ella con Cristo Jesús!»
Cataratas del Yguazú

Acampada en las playas de Copacabana - Rio de Janeiro


domingo, 6 de agosto de 2017

¡Qué bien se está aquí!

"Jesús se los llevó aparte a una montaña".
 A ver si reconocéis a alguna...
Fiesta de la Transfiguración del Señor

Breve comentario sobre el Evangelio de hoy
Donde está Dios está el cielo. El cielo es una persona, una presencia.  Y el cielo es el cielo porque hay olvido de nosotros mismos. Porque en esta presencia amorosa no hay egoísmo. Muchas veces no disfrutamos lo suficiente de la presencia de Dios en nuestra vida, por el egoísmo, hay demasiada presencia de nuestro ego… primero yo, segundo yo y tercero yo.

“Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.” En el momento máximo de la transfiguración, Pedro se olvida de sí mismo.

Nuestra vida es una peregrinación donde hay momentos de gran consuelo, de alegría y de cruz. Momentos como la transfiguración y momentos en Getsemaní. Y no tenemos que apegarnos a lo primero ni temer entrar en lo segundo. Los dos forman parte de nuestra vida. Dios es buen pedagogo y sabe dosificar los momentos diversos de nuestra vida. Es muy importante saber que no caminamos solos y que su gracia no nos faltará nunca.

«Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.» Dice el apóstol Pablo: Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios, y “el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo” (S. Jerónimo).

sábado, 5 de agosto de 2017

Cuando se tiene las cosas bien claras

Educación. Un discurso sobre la enseñanza lleno de sentido común: "Nuestro sistema educativo se basa en el engaño, porque nunca habla ni del esfuerzo, ni del trabajo ni del conocimiento. Lo envuelve en destrezas, espíritu crítico, creatividad. Pero el espíritu crítico, sin conocimiento, es charlatanería. Un fanático es un ignorante lleno de espíritu crítico" ( Ricardo Moreno, catedrático de matemáticas)



Aborto. La colonización ideológica antinatalista no tiene en cuenta lo que realmente pide la gente.

viernes, 4 de agosto de 2017

En el día del Santo Cura de Ars, patrono de todos los sacerdotes, recemos por los curas

Reunión de Arciprestazgo del 2 de marzo
El Cura de Ars contaba muy a menudo la respuesta que escuchó a un sencillo campesino de su Parroquia cuando le preguntaron ¿Qué haces durante tanto tiempo en la Iglesia?
Miro a Dios y Él me mira a mí.

 “...Ha escogido Dios a los débiles del mundo para confundir a los fuertes”   (1Cor 1:27). El cura de Ars no poseía una gran ciencia, ni mucha salud, ni dinero... pero su santidad personal despertó un interés en toda Francia, que estaba saliendo de una gran crisis -La Revolución Francesa- que con el pretexto de implantar "Libertad, igualdad y fraternidad" desató una masiva persecución que llevó a la guillotina a muchos, entre ellos sacerdotes y religiosas.

Que el Señor conceda a su Iglesia sacerdotes santos, humildes y misioneros.
Si no llegan a la santidad del Cura de Ars por lo menos que mueran en el intento...

jueves, 3 de agosto de 2017

Mi experiencia en el Erasmus

Cuando decidí solicitar el Erasmus en Bélgica al principio me pareció una locura, ¿cómo iba a irme yo sola a un país extranjero sin conocer el idioma y con una cultura diferente? Después de haber pasado 10 meses allí puedo decir que no me arrepiento en absoluto.
La ciudad en la que estado es Gante que se encuentra al norte de Bélgica, una ciudad como sacada de un cuento, para mi gusto la más bonita de todas.
Cuando llegas a un país extranjero por primera vez al principio resulta bastante complicado. Yo no conocía como funcionaba del todo y tienes que apañártelas como puedas para “sobrevivir”, desde las cosas más básicas como ir a la compra hasta saber relacionarte con gente que tiene una educación y costumbres muy distintas a las tuyas. Pero incluso en esta experiencia sin conocer a nadie me ha ayudado a saber desenvolverme, a espabilar y a no esperar a que venga siempre alguien a solucionarme los problemas.

Otra cosa que yo destacaría es la completa libertad que tienes puesto que nadie te conoce, entonces puedes hacer lo que quieras. Para esto yo creo que hay que tener las ideas muy claras sobre lo que quieres para tu vida, porque puedes meter la pata en muchas ocasiones. Pero esta experiencia me ha ayudado a conocerme a mí misma de verdad, al no tener a nadie alrededor que te coarte y a ver de verdad lo que yo hacía en determinadas ocasiones. Todo me ha ayudado a crecer como persona y cuando me he confundido pues aprender de ello y seguir adelante.

Ahora después de haber regresado me doy cuenta de que Dios me ha ayudado en todo momento. Es muy fácil dejarse llevar y luego arrepentirse pero veo que él siempre ha puesto en mi camino algo o alguien que me ha ayudado. Gente a mi alrededor que también creían en Dios o personas que aunque no compartían mi fe se podía hablar con ellas y debatir de todas las cosas.
Es una experiencia increíble que yo repetiría sin duda. Te da la oportunidad de conocer a gente de todo el mundo y formar una pequeña familia con ellos, crecer y aprender cada día. 

Magdalena López Pedrajas

miércoles, 2 de agosto de 2017

De estar más interesado en tocar la batería en su grupo de rock, a ser cura en la Sierra de Córdoba

Carlos de la Fuente, natural de Valencia y de 28 años, formado en el Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater de Córdoba, fue uno de los dos ordenados sacerdote el pasado 24 de junio en la catedral de Córdoba. Y ha sido destinado como vicario parroquial de las Parroquias de Villaviciosa, de Espiel, de Obejo y de Villaharta. 

Menos mal que le gusta el rock porque movida por la sierra va tener... 

-¿Cómo surgió tu vocación?
– Nunca tuve especial aprecio por las cosas de la liturgia ni era monaguillo. De hecho, yo he ido a la parroquia en monopatín, con el pantalón medio bajado y he combinado la vida parroquial con el grupo de rock en el que tocaba la batería. Además era de esos jóvenes que soñaba con que quería casarme, tener hijos…
Así que un cambio tan radical se debe únicamente a la extraordinaria experiencia de agradecimiento que he sentido hacia Dios y hacia la Iglesia por su irrupción en mi vida cuando era adolescente. Es en la Iglesia donde nunca me he sentido juzgado y donde me ha impresionado su gratuidad, su libertad y su anuncio fresco del Evangelio. Quería ser cristiano y así tener la libertad de amar al que me humilla en público, me hace el mal o se aprovecha de la injusticia.
Al final, mi experiencia eraque Dios ha sido capaz de hacerme feliz y me ha dado una vida preciosa, por lo que empecé a tener en el corazón un celo por anunciar el Evangelio que no me dejaba tranquilo. Deseaba lo que yo estaba viviendo para los demás, mis amigos de conciertos, conocidos, desconocidos… pero para mí entrar a un seminario y dejar mis relaciones en Valencia era la muerte; pero si Cristo ha vencido a la muerte, si ha sido capaz de hacerme feliz en Valencia ¿a qué temer?

-¿Cómo lo vivió tu familia?
– Cuando tomé la decisión de irme al seminario estaba en una peregrinación de jóvenes en Israel. Me acuerdo que le escribí un mensaje a mi padre pidiéndole perdón por pretender irme al seminario y acabar con su apellido en caso de que me ordenase presbítero. Sin embargo, él no entendió por qué le pedía perdón y me llamó felicitándome.

-¿Cómo ha sido la experiencia del seminario?
– El inicio no fue nada fácil. Pasé de ser el principito de mi casa a ser un don nadie entre 20 seminaristas -procedentes de todo el mundo-, con un horario marcado, etc. Uno no tarda mucho tiempo en palpar su debilidad y sus límites, y eso, normalmente, es muy duro, sobre todo si es un idealista que se creía bueno y capaz. Sin embargo, el Señor me ha llevado al Seminario una y otra vez: si Dios es todopoderoso y ha sido capaz de hacerme feliz, tal vez, si permite que sufra dificultades e incomodidades, es porque quiere que aprenda a sufrir un poquito, es decir, madurar y comenzar a amar.

-¿Qué ha implicado formarse en un seminario misionero?
– En primer lugar, la experiencia de desarraigo caracteriza al seminarista de un seminario misionero. El formarte en otro sitio que no es donde has crecido, te separa de las seguridades que te dan tu ambiente, tu familia, tus conocidos y amigos. Eso hace sentirte vulnerable y pequeño y es bueno para ser un misionero mínimamente humilde.
Además en este tiempo he estado en misión. Primero en la ‘Domus Galilaeae’, una casa de peregrinos en el Monte de las Bienaventuranzas, donde aprendí nociones básicas de árabe. Otro año estuve en Jordania, poniendo en práctica lo aprendido, en una parroquia en mitad del desierto entre la capital Ammán y la famosa Petra. Ha sido un tiempo lleno de dificultades pero muy gratificante.

-¿Qué debe caracterizar a un sacerdote hoy?
– La cualidad de haber recibido la fe y la llamada de Dios a desempeñar la misión de ser presbítero; si no ¿quién tendría la osadía de acercarse a este terrible sacramento que te hace actuar en nombre de Cristo?

-¿Alguna cita Biblia con la que te identifiques? 
– “Yo soy pobre y desgraciado, pero el Señor se cuida de mí” (Sal 39, 18).

(Entrevia tomada de PARAULA)

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Dificultad en la comunicación con el hijo adolecente

Por Juan José López Misas

Contigo no se puede hablar. Con esa sentencia se cierra, muchas veces, una controversia con nuestro hijo adolescente. Hemos tratado de aclararle algún aspecto que debe mejorar o hemos querido negociar algún plan y no hemos sintonizado. Más bien hemos chocado. Rápidamente nos hemos puesto a la defensiva, casi sin querer hemos dudado de las intenciones del otro, hemos comenzado a recordar facturas pendientes y tal vez hemos sugerido algunas amenazas. Esto es un síntoma de que la comunicación se ha viciado. El problema es que el canal de comunicación está apagado o fuera de cobertura. Por eso, muchos padres pasan directamente a medidas coactivas o pasan olímpicamente del chico.

Cuando los padres experimentan este bloqueo en la comunicación con sus hijos, se sienten muy frustrados y desanimados. Nos gustaría poder decirle que estamos de su parte, que deseamos mejorar la relación, que hemos pasado por ahí pero el canal está roto. El mensaje no llega. Nuestro interlocutor no se fía de nosotros.

No se fía por varios motivos. Lógicamente su inmadurez le impide descentrarse de sí mismo pero además hemos de tener en cuenta que, a lo largo de nuestra historia con él, hemos podido cometer errores que alimentan su relato de víctima: insultos, voces, sarcasmo, burlas, desdén…

Si deseamos reabrir el canal de comunicación nuevamente para influir en sus valores, en su búsqueda de la identidad, en sus dudas o en su visión de mundo, necesitamos cambiar nuestra forma de actuar. He aquí algunas pautas que Stephen R. Covey nos brinda en su libro “Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas”:

1.- El temperamento nos mete en problemas y el orgullo nos deja allí encerrados. Es necesario superar el resentimiento o la indignación que nos genera el comportamiento irracional de nuestro hijo para evitar conducirnos por la ira. Percibirle como débil o inmaduro (en lugar de fresco o caradura) nos ayudará a practicar el perdón que necesitamos para ser los dueños de la situación.

2.- Trata primero de comprender antes de ser comprendido. Empatizar con el chico no significa ceder, sino más bien tratar de comprender cuáles son las necesidades, dudas, miedos y anhelos que se esconden detrás de todas esas reacciones. Solo así podremos usar su lenguaje. La necesidad más grande del mundo es ser comprendido. La comprensión reafirma, valida, reconoce y aprecia el valor intrínseco del otro.

3.- Escucha de verdad. Cuando alguien nos habla, normalmente estamos preparando ya nuestra respuesta. De esa manera evaluamos, aconsejamos, probamos o interpretamos desde nuestro punto de vista. Pero eso no es una respuesta comprensiva. Escuchar de verdad significa  entrar en su marco de referencia, intentar ver el mundo desde su perspectiva y frenar nuestra tendencia a sacar la metralleta de aconsejar.

4.- Cuando tengas que decirle lo que piensas ten en cuenta estas claves:

a.- ¿Le voy a ayudar o es para satisfacer mi necesidad de enderezarle?

b.- Descubre lo que es importante para él y cómo le ayudarás a lograr sus metas.

c.- Diferencia entre la persona y la conducta. Es más útil centrarse en un comportamiento específico (“nos has hecho tu cama”) que se puede cambiar que señalar un defecto de la personalidad (“eres un vago”) con el que etiquetamos al otro y lo invitamos a defenderse .

d.- Sé especialmente delicado con sus “puntos ciegos”. Son aquellas debilidades que la persona no percibe ni reconoce.

e.- Usa mensajes tipo Yo.  Son mensajes más horizontales. Más fáciles de aceptar. “Así es como lo veo”. “Mi preocupación es”. “Así lo siento yo”. En lugar de  mensajes TU: “Eres muy complicado”. “Es que no causas más que problemas”. “Contigo no se puede hablar”

Psicología-Educación-Familia

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