PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

domingo, 17 de septiembre de 2017

Cuando no hay perdón nuestras relaciones se envenenan

Celebrando el domingo
En una cultura donde dominaba la ley del Talión - ojo por ojo y diente por diente- perdonar dos veces era ya demasiado. Pedro al preguntar al Señor cuántas veces debe perdonar, se responde -como llegando ya al límite- "¿hasta siete?". El trato con Jesucristo despierta generosidad, misericordia, bondad... Claro, pero el Señor no se deja ganar en todo eso y responde a Pedro: " No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete" que es como decir: hay que perdonar siempre.

Pedro intentaba ser generoso a lo humano y Jesucristo le elevas al nivel sobrenatural, a lo divino. Dios es infinitamente misericordioso. En Cristo se nos ofrece la naturaleza divina.

A veces puedes pensar que lo que te han hecho es imperdonable, y no te das cuenta de que eso -que te parece enorme- son calderillas comparado con los millones que Cristo te ha perdonado muriendo en la cruz. «Lo que Dios te ha hecho a ti, ház tú al otro». 

Cuando no hay perdón nuestras relaciones se envenenan, se crea una relación cada vez más distante, superficial y surgen resentimientos que es el cáncer del amor y de la comunión.

Para perdonar es muy conveniente pensar bien de los otros, aunque parezca difícil. Dice San Bernardo: «Aunque viereis algo malo, no juzguéis al instante a vuestro prójimo, sino más bien excusadle en vuestro interior. Excusad la intención si no podéis excusad la acción. Pensad que lo habrá hecho por ignorancia, o por sorpresa, o por desgracia. Si la cosa es tan clara que no podéis excusar ni su acción ni su intención, aun entonces creed y decid para vuestro interior: la tentación habrá sido muy fuerte».

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